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Pecados sí, pero todavía veniales

El técnico Eduardo Berizzo bromea de forma cariñosa con Sergi Gómez en el entrenamiento de ayer.
photo_camera El técnico Eduardo Berizzo bromea de forma cariñosa con Sergi Gómez en el entrenamiento de ayer.

El Celta asume con calma su mal partido ante el Leganés, en el que no reflejó casi ninguna de sus señas de identidad

Lo peor no es perder, que ya es malo de por sí teniendo en cuenta el calendario venidero, sino la forma en que se perdió. La derrota ante el Leganés del pasado lunes en el estreno liguero fue objeto ayer de largo análisis por parte de la plantilla celeste, que desde el primer segundo tras el choque reconoció el mal juego realizado pero que quiere llevarlo con la tranquilidad que no da el marcador sufrido. Por eso, cuerpo técnico y jugadores se encerraron ayer durante más de 45 minutos para intentar desentrañar las razones de un fatal desenlace que, además, se podría haber previsto en parte tras las malas últimas pruebas en pretemporada.

De equipo sólido a frágil
Si algo le había aportado de manera especial Eduardo Berizzo al equipo desde su llegada es la agresividad en la marca, ya sea en la presión o en la retaguardia. Pero el equipo lleva unos partidos en los que parece no tener claro el reparto de trabajo en tales funciones, con lo que el rival genera muy claras ocasiones de gol.

De equipo veloz a lento
La velocidad en la circulación es sello de indentidad de un equipo sin capacidad física arrolladora entre sus delanteros. E incluso la velocidad individual apuntaba a ganar enteros este curso con Pione y Bongonda por bandas. Antes el Leganés, el balón movido por los célticos casi nunca superó en celeridad a la presión del rival.

Bandas coordinadas a descoordinadas
Los extremos del Celta jugaban hacia dentro y se entendían con los laterales que les doblaban, bien por dentro, bien por fuera. El pasado lunes, Jonny no acabó de conjuntarse casi nunca con Bongonda y todavía menos Mallo con el recién llegado Sisto. Y, como dijo Iago Aspas justo al acabar el partido, los hombres de banda "abusaron de la conducción". Sin triangulaciones de vértigo, las ocasiones merman.
Equilibrio del dibujo a desequilibrio
Dice Berizzo que le gusta el sistema 4-3-3 pero con un mediocampo móvil. Y esa idea parece que la tiene más clara el equipo cuando juega con dos interiores acompañando al pivote que cuando lo hace con doble pivote y mediapunta. Ante el Milan ya sucedió y contra el Leganés se repitió. Lo curioso es que son dos dibujos ya empleados el pasado curso con éxito pero ahora, el 4-2-3-1 generó desequilibrio.

Tranquilo inicio a ¿intranquilo?
No se sabe cómo reacciona el Celta de Eduardo Berizzo a un inicio de temporada torcido. Porque en los dos anteriores cursos, el conjunto celeste se había centrado en comenzar con fuerza –no perdió hasta la séptima y la novena jornada, respectivamente– para asentar su fútbol con tranquilidad. Ahora, la derrota inicial, el calendario y la propia desesperación interna que se vivió ante el Leganés obligarán a un ejercicio de personalidad del grupo celeste.n 

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