El metaverso ofrece a los usuarios nuevas oportunidades para participar eventos, disfrutar de contenidos e interactuar con otras personas, uniendo lo presencial y lo digital.
El mundo y las relaciones virtuales sigue creciendo, ampliando su influencia incluso en el mundo real. El metaverso ofrece nuevas oportunidades para promocionar eventos y crear contenidos de forma nueva, uniendo lo presencial y lo digital, y cada vez son más las empresas como Kacaoo.com, Disney, Roblox, Nvidia o Meta (Facebook), que empiezan a apostar por el futuro de este universo virtual.
Las transacciones económicas en este espacio digital se realizan principalmente a través de criptomonedas y NFT (productos digitales únicos y certificados), y todas las transacciones quedan registradas en la blockchain. Con las barreras difuminadas entre lo real y lo virtual, el consumo se vuelve transversal. Las estimaciones de los expertos afirman que la socialización se multiplicará y la compra se simultaneará, lo que supondrá un enorme potencial para las marcas.
Esto conllevará que las marcas pasen de ser un ente productor o identificador a un entorno inmersivo donde interactuar. Para cumplir es objetivo los servicios de streaming para video y audio serán fundamentales.
Sin embargo, el mayor reto al que se enfrenta el metaverso según los expertos es la posibilidad de contar con expertos con formación. El metaverso se va construyendo cada día y las empresas van a necesitar perfiles con formación especial en gráficos, realidad aumentada, programación y robótica, entre otros con conocimientos en mundos inmersivos. Desarrollar y diseñar entornos virtuales que potencien una sensación de presencia real no es sencillo, y requiere de especialistas y también de grandes recursos e inversiones.
Todas estas potencialidades abren un enorme abanico de oportunidades sociales, de comunicación y empresariales, pero también grandes dudas sobre el aumento en la brecha digital, la seguridad y las normativas legales de una realidad digital que pasa de lo virtual a lo real.
