Diógenes digital: el reciclaje no llega a los smartphones

Los teléfonos obsoletos y sin uso suelen ser habituales en muchos hogares españoles.
photo_camera Los teléfonos obsoletos y sin uso suelen ser habituales en muchos hogares españoles.
Conservar dispositivos obsoletos o en desuso es habitual entre los usuarios españoles

El 29 por ciento de los españoles conservan en casa cinco o más dispositivos electrónicos que se han quedado obsoletos, especialmente teléfonos móviles que ya no se utilizan, por la eventual posibilidad de que sean necesarios. Según los datos del estudio “Uso y consumo de la tecnología en 2024”, realizado por la plataforma tecnológica Grover, la tendencia a conservar dispositivos tecnológicos obsoletos o que ya han disminuido su autonomía (desgaste de batería) es mayoritaria en España, ya que un 85 por ciento de la población guarda al menos un aparato que no utiliza “por si acaso”.

Casi tres cuartas partes de la población (74%) almacena en casa más de un producto tecnológico anticuado, mientras que el 29 por ciento de españoles tiene cinco o más aparatos en desuso. El teléfono móvil sobresale entre este tipo de dispositivos: el 67 por ciento de los españoles admite que conserva en casa al menos un teléfono antiguo que no utiliza. También es habitual almacenar sin utilidad práctica reproductores multimedia (44%), ordenadores y accesorios informáticos (40%) y videoconsolas y cascos de realidad virtual (33%). La principal razón de este síndrome de Diógenes digital es la prudencia ante la posibilidad de que estos aparatos sean necesarios en algún momento (33%), seguida de factores como la nostalgia y conservarlos como recuerdo (26%) o, simplemente, olvidar que se tienen (13%).

Por otra parte, muchas de las personas que guardan dispositivos anticuados en casa son conscientes de que podrían cambiar de opinión en algún momento y decidir desprenderse de ellos, principalmente para obtener un beneficio económico por una venta en segunda mano (19%), ganar espacio libre en casa (19%) o por estar plenamente seguros de que no los volverán a utilizar nunca más (14%). Además, este tipo de conducta acumulativa también llega a los programas, correos electrónicos, contenidos multimedia y aplicaciones. Un síntoma que empieza a convertirse en síndrome cuando se acumula todo este material por el simple hecho de tenerlo ahí, aunque el usuario sepa que no lo va a utilizar, ya que no ocupa espacio “físico”, sino en la memoria de los dispositivos o en la nube digital.

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