El avance de la tecnología ha abierto grandes posibilidades de futuro para innovaciones como la inteligencia artificial, sistemas digitales que imitan la inteligencia humana para realizar diferentes tareas y pueden mejorar interactivamente a partir de la información que recopilan.
Actualmente el uso de estos sistemas está en sus inicios, pero ya se han conseguido sorprendentes resultados gracias al uso de técnicas de aprendizaje basadas en el análisis de los comportamientos humanos y la repetición de patrones (error y prueba) para adquirir no solo conocimientos, sino el aprendizaje de tomas de decisiones.
El ordenador Deep Blue de IBM venciendo al campeón mundial de ajedrez Gary Kaspárov en 1996, abrió el camino a lo que hoy es toda una revolución 26 años después. La inteligencia artificial está presente ya en el día a día de la sociedad: detectores faciales, retoques fotográficos en los móviles, asistentes de voz o sistemas de control digitales, por ejemplo.
Entre los más recientes sorprendentes ejemplos de los avances en inteligencia artificial es Sophy, un proyecto conjunto de Sony AI (división de inteligencia artificial de Sony japón) y Polyphony Digital (desarrolladores de la saga de videojuegos “Gran Turismo”). Sophy es la primera inteligencia digital en superar a los del mundo mejores pilotos humanos en juegos de simulación automovilística.
Mientras que en los juegos de ajedrez o go (el popular juego de tablero chino) las inteligencias artificiales basan su aprendizaje en aprender jugadas y en la repetición de movimientos y partidas, Sophy parte de una base diferente: entrena para dominar las habilidades de conducción y adaptarse al entorno. Este avance no solo se aplicará a los videojuegos, sino también a otros departamentos como la optimización del diseño de vehículos, la construcción de carreteras más seguras y en optimizar vehículos autónomos sin conductor.
