La integración en la tecnología de comunicación inalámbrica 5G es clave para la industria y el comercio tanto global como local, ya que es un soporte fundamental para la productividad en grandes empresas como para profesionales y tiendas de proximidad. Cada sector lo puede abordar de forma distinta. Por ejemplo, en el mundo de la automoción, que está muy ligado a la innovación, los vehículos van a ser un elemento conectado en movilidad.
Analistas y especialistas de la comunicación y el entorno digital como Cellnex Telecom, destacan la importancia de aceptar esta realidad, y que diseñar esa transformación afectará positivamente a la empresa a la hora de seguir posicionada en su mercado frente a nuevos competidores. Es una oportunidad para nuevos proyectos e iniciativas entrantes en el mercado, pero quedarse fuera de estos avances supondrá una amenaza de crecimiento para aquellos que crean que ya están asentados y piensen que tiene mucha ventaja competitiva.
Europa está detrás de Asia o de EEUU en esta integración. No basta con hablar de grandes inversiones en 5G, sino de cómo integramos el 5G en la sociedad y en nuestras industrias de manera práctica y en el día a día.
El reto es mucho más difícil porque las empresas tecnológicas no venderán conectividad, sino servicios a la industria. No será el mismo servicio el que se venda al sector financiero que al sector automovilístico, cada uno tendrá sus particularidades y desafíos. La sociedad va a vivir unos cambios tecnológicos enormes, algunos de los cuales ya han comenzado como consecuencia de la pandemia covid, mientras que otros empezarán en pocos meses. Será una nueva revolución industrial, enfocada en los servicios y en el acceso a internet.
Este proceso no será solo a corto plazo, por lo que los operadores tecnológicos, empresas y negocios tienen que tener una mirada más a largo plazo. Cellnex Telecom también destaca que entre los desafíos a los que debe hacer frente Europa está el de conseguir su propia política industrial y una estrategia a largo plazo. En el ámbito de la tecnología o de la energía las empresas europeas no pueden ser unos espectadores de lo que ocurre en Asia o en Estados Unidos. Hay que empezar por resolver los problemas de productos, sin necesidad de depender de una única fuente de suministros en el mundo.
