Un nuevo rincón para almas perdidas

El matrimonio que regenta ahora el “Novo Almas Perdidas”, ante el local en O Berbés.
photo_camera El matrimonio que regenta ahora el “Novo Almas Perdidas”, ante el local en O Berbés.
El histórico bar a la entrada de O Berbés reabrió sus puertas tras ocho meses de cierre como “Novo Almas Perdidas” en busca de recuperar la tradicional clientela de los marineros

Las almas perdidas de Vigo ya tienen un nuevo rincón para reunirse. El histórico bar, ubicado en O Berbés, abrió ayer bajo el nombre de Novo Almas Perdidas, con un cambiado aspecto pero con la misma esencia del local cerrado hace tres meses. Adquirido por un matrimonio, él peruano y ella boliviana, ya afincados en Vigo desde hace más de 20 años, su experiencia como trabajadores del kiosco La Temática (establecimiento de al lado) les dio fuerza para tomar las riendas de un negocio peculiar. “Queremos darle vida a una zona que está muerta, pero que cuenta con mucho movimiento de gente”, aseguró Luis, que pretende que se convierta en un lugar de parada obligada para todos los trabajadores del puerto, así como los peregrinos que por allí pasan en su recorrido del Camino Portugués por la Costa, debido a la cercanía con el albergue: “Sabemos del valor histórico de este establecimiento, y no nos queda más que trabajar duro y con calma para que esto salga adelante”. 

 

 

Misma esencia, pero no mismo rumbo. El anterior local, conocido por su ambiente nocturno, fue especialmente golpeado en el último tiempo, según Luis, por la dejadez de su anterior propietario. “Tuvimos que hacer varios cambios en la distribución del local, colocar mobiliario nuevo y hacer una buena limpieza porque en los últimos meses el viejo Almas Perdidas estaba sucio y descuidado”, señaló el nuevo propietario. Un local que encontró en O Berbés un sitio para asentarse y un nombre que hacía referencia a la clientela que allí frecuentaba. 

En su primer día de apertura ya contaron con dos reservas para comer, globos para dar colorido a su nueva vida y “mucho movimiento una vez que los trabajadores del puerto fueron viniendo por aquí”. Y es que pese a contar con alguna competencia en esa misma acera, la historia los desmarca del resto, si bien “el horario será nuevo, abriremos a las 7 de la mañana y estaremos trabajando hasta las doce de la noche entre semana, y de 10:00 horas hasta las cinco de la tarde el fin de semana”. 

El matrimonio luchará porque el entrañable bar, que buscó separarse del antiguo al añadir “novo” en su nuevo nombre, pero sabiendo del tirón que cuenta el local. Sobrevivió a un cambio de domicilio, aunque no se movió de O Berbés, y en los años 90 se convirtió en bar, fruto del cambio de su entorno. El primer día no contó con muchos peregrinos, pero sí con clientes del puerto que agradecieron volver a contar con un remodelado bar para empezar el día con un café antes de ir a trabajar. Sin embargo, el ambiento nocturno desaparece, y eso será una seña de identidad “que buscamos potenciar, sobre todo con la cantidad de peregrinos que pasan por aquí por la mañana”. Una nueva apertura que cuenta con el apoyo de la historia viguesa.

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