La mujer cuyo cadáver fue encontrado en un piso de Coia, con el que convivía su hija, pudo morir sobre el mes de noviembre. Así lo asegura el informe forense de la autopsia realizada al cuerpo, prácticamente momificado, y que pudo ser retirado del inmueble tras el aviso de los vecinos del edificio. Aunque dicho informe no puede constatar exactamente cuanto tiempo llevaba muerta esta vecina de 90 años, debido al deterioro del cuerpo, la fecha de un ticket de compra aportado por la hija hace casi cuatro meses sería compatible con el estado del cadáver, confirmaron fuentes judiciales.
La Policía Local acudió al inmueble el pasado viernes después de que los vecinos enviaran varios correos electrónicos al Concello solicitando una intervención en el piso de una vecina por el olor a putrefacción que desprendía y donde no abrían la puerta. A llegar, se toparon con la hija, de unos 55 años, y el cadáver de la madre sobre la cama, rodeado de limones. Ella misma aseguró que lo cuidaba y le daba de comer y beber.
Tras ser trasladada por efectivos sanitarios primero hasta el Hospital Povisa y después a Psiquiatría en el Cunqueiro, su futuro está en manos de un Juzgado de Familia, que deberá determinar su posible incapacitación e internamiento a través de la Fundación Gallega para la Tutela de Personas Adultas (Funga) si no se encuentra a ningún familiar directo.
El cadáver de Sara, su madre, también está a la espera de que alguien pueda reclamarlo. En caso contrario, será el juzgado de guardia, a través de Servicios Sociales del Concello quien autorice su inhumación en el cementerio de Pereiró.