Cultura

La Luthería, un espacio en Vigo para dignificar la acción cultural

Chucho González y Miriam Rodríguez, en el espacio creado por La Luthería.
photo_camera Chucho González y Miriam Rodríguez, en el espacio creado por La Luthería.

Con estética de cabaret del siglo XIX, abre su escenario creativo, haciendo partícipes al público y a los profesionales de las artes

Un piano antiguo recuperado de un desguace, una gramola con disco de pizarra o sillones de época conforman un escenario que La Luthería brinda a los espectadores y a artistas para ser partícipes de lo que hay detrás de la acción cultural. Pequeñas audiciones para minorías, debates o talleres forman parte de las propuestas que Miriam Rodríguez y Chucho González hacen desde su local en las galerías de López Mora, 21. 

 

 

“La idea comenzó con la necesidad de crear un espacio donde dignificar la acción cultural. Empezamos con vídeos y podcast en youtube y spotify; después de la pandemia, queríamos visibilizar todo el esfuerzo y los gastos que hay detrás de las artes escénicas”. La actividad que subían a redes ahora tiene un escenario real. Acercan la cotidianidad de las disciplinas artísticas con entrevistas a los que las hacen posibles, que hablan de sus ámbitos, dando valor real a sus servicios prestados: “Queremos concienciar de que la actividad artística es como cualquier otro tipo de profesión, que tiene que cobrar por ello con dignidad”.

Miriam, al igual que su compañero, compagina la actividad creativa con la docencia, dando clases de técnica vocal y de percusión, respectivamente. En estas aulas encontraron el germen de su comunidad. Así, al proyecto se han sumado Esther Fariñas y Dani Iglesias, ambos vinculados a la actividad musical y al espacio audiovisual. 

Ofrecemos conciertos íntimos con un público reducido, que grabamos y producimos en formato audiovisual para que estos grupos tengan una herramienta de calidad con la que presentarse”. Para ello, las instalaciones están aisladas y preparadas acústicamente. Licenciada en Bellas Artes, ella, y técnico de sonido, él, combinan talento para aportar lo que denominan “nuestro pequeño sello”.

La Luthería se presenta, pues, como una iniciativa creativa, aún por pulir. “Es un bloque de barro que estamos modelando, dándole forma poco a poco”, indican. Nace del deseo de visibilidad y con la intención de reivindicar a la industria de la cultura como un valor social y económico. Lo hace en un espacio lleno de personalidad. El local es la fusión de dos espacios de trabajo, pero también es una obra creativa en sí misma. Entrar en ella es formar parte de la acción. “No es algo nuevo, recuperamos lo que ya se hacía en el teatro del siglo XIX. Es un espacio pequeño con un guiño a la estética de cabaret”. Tanto Miriam como Chucho miran hacia referencias como el salón de Voltaire, fundado en Zurich en 1916 y frecuentado por los artistas dadaístas. “Pintores, escritores y actores iban allí a jugar y de eso se trata”. 

Su función de dinamizador cultural convive con la de empresa de generadora de eventos: “Con la pandemia y la postpandemia, las empresas medianas quedamos en un limbo y a través de La Luthería pretendemos encontrar nuestro sitio”.

Fuera de sala

La Luthería es una continuación de Le BarLuthier, el primer proyecto de Miriam y Chucho. Es un pianobar literal e itinerante, un piano con la caja de resonancia convertida en barra sobre la que se sirven copas con música swing en directo. Propone un viaje en el tiempo desde los años 30 a los 50 con su música jazz, swing, dixie o sonidos latinos a través de un espectáculo cómico y musical. “Aquí es complicado conseguir bolos, nos movemos mucho por Portugal y el norte de Galicia”. Sumus Lac es otro formato en el que fusionan música, danza y teatro.

Te puede interesar