Las obras de la segunda fase de las rampas de la Gran Vía, entre Venezuela y Nicaragua, avanzan y ya han dejado una imagen: el bulevar ha desaparecido y en su lugar se concentran los trabajos para la instalación del sistema de ascenso en el segundo tramo, con la calle abierta en canal. Así seguirá durante varios meses para finalmente facilitar la conexión peatonal entre Urzaiz y la plaza de España y más en concreto con la Cidade da Xustiza, que abrirá a lo largo de este año. Como es conocido, la actuación cuenta con un presupuesto de 4.234.892 euros, y la obra está incluida en la solicitud de Fondos europeos Next Generation a través del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Contabilizando la primera fase, ya terminada, el coste total de la operación alcanza los 9,7 millones para 400 metros de rampas que han dado una mejora de la comunicación peatonal a costa de un cambio radical en la avenida. La actuación en marcha se corresponde con 150 metros lineales de actuación. En concreto, serán dos nuevas cintas mecánicas (desde la calle Venezuela a Bolivia y desde Bolivia hasta Nicaragua) las que completarán el recorrido peatonal sin esfuerzo. Quedarán fuera tanto el entorno de la plaza como el arranque con Urzaiz.
Las rampas contarán con pavimento descontaminante y plantas, tanto en el interior como en el exterior. Tendrán un sistema de ahorro energético y capacidad para transportar a 7.300 personas cada hora. Además, incluye nuevas tuberías de saneamiento, abastecimiento y pluviales y una red soterrada de servicios (iluminación, semáforos…). Por último, contempla nuevos pavimentos y aceras de granito, mobiliario urbano, señalización, red semafórica, iluminación y dotación tecnológica. Gran Vía forma parte del proyecto global Vigo Vertical, que incluye ascensores, rampas y escaleras mecánicas. Según el cronograma municipal, las rampas tendrían que estar en marcha en octubre de este año.
