Iván Villar aterriza con medalla

Familiares, amigos y una delegación de Rápido de Bahía recibieron a Iván Villar en Peinador

Pocos abrazos pueden ser más cariñosos que el recibido ayer por Iván Villar en la puerta de salidas del aeropuerto de Peinador. Y eso que el lugar, habitualmente, está marcado por los reencuentros tras los cortos o largos viajes. No obstante, la presencia de la pequeña Claudia, prima del cancerbero de Aldán, resultó especialmente cariñosa. Como buena ‘fan’ del deportista, portaba un cartel de ánimo y mención a la plata que sostenía con toda la ilusión de ver acercarse al héroe familiar. Y, al salir, hubo abrazos del medallista con los padres y, sobre todo, con la pequeña. “Vas a ser más protagonista que Iván”, mencionaba uno de los familiares. No es para menos. 

El recibimiento al de Aldán resultó muy familiar y cercano. Allí se encontraban sus familiares, también los amigos y algunos representantes del Rápido de Bahía, su entidad de formación. Que, además, entregaron a su canterano un bello escudo del club como obsequio y llevaron un cartel que sostenían con la imagen de la entidad y también la del Celta, la única presencia visible del club con el que tiene contrato el cangués. Como es preceptivo en estos casos, sacó la presea, que la tenía bien guardada en las maletas, para atender a la prensa con amabilidad y paciencia. Y, después, se fotografió, también con paciencia, con los seguidores que lo esperaron sin prisa. Una plata bien disfrutada por Villar, pese a no saltar al campo. 

“Como experiencia é algo moi bonito. Estou moi contento de poder vivila e, ademais, se é cunha medalla de prata é para estar moi feliz”, expresó el guardameta nada más bajarse del avión. En su caso, reconoció que la llamada de Luis de la Fuente “colleume por sorpresa a convocatoria e quedei moi contento. É unha recompensa á tempada. Sabía que estar aí era unha posibilidade real porque estaba na idade. Coincidín con eles na selección sub-19 e na sub-21. Poder xogar no Celta deume a oportunidade de estar aí, por iso estou tan agradecido a eles”. 

Villar, que posó con la medalla de plata.

Y a esa oportunidad se agarró el cancerbero cangués durante su estancia en los Juegos Olímpicos. Llegó como tercer guardameta en una posición de reserva incómoda, en la que tenía el riesgo, incluso, de no recibir la medalla. No obstante, De la Fuente lo incluyó en el equipo de las semifinales y, de esta forma, se sentó en el banquillo para ser merecedor de la presea como un miembro más de la plantilla. Finalmente, no pudo jugar, pero se convirtió en el cuarto cangués con medalla en estos Juegos Olímpicos, una auténtica hazaña para un pueblo de 26.500 habitantes. A esto se añadió que en la villa olímpica pudo coincidir con sus vecinos de origen.  “Nos Xogos somos futbolistas, pero somos todos deportistas. E convives con moitos, de todo o mundo. Tes a mesma experiencia con eles e compartín tempo con Teresa Portela, con Rodrigo Corrales, con Germade... O ambiente é unha pasada”, explica Iván Villar. 

Y, en este sentido, el morracense añadió que “non sei que ten, pero que dun pobo tan pequeno saían tantos deportistas. Nós os catro, e tamén David Cal, Carlos Pérez Rial 'Perucho'... É unha pasada”. De esta forma, el joven portero de 24 años recordó a todos los deportistas que en los últimos años brillaron en los Juegos Olímpicos. Una lista notable y de gran relevancia y que Villar, como buen aficionado al deporte, recordó con total naturalidad y, también, con un claro orgullo por su plata y por las medallas obtenidas por ‘compatriotas de pueblo’. 

Precisamente, allí, en la puerta de salida de la terminal de Peinador estaban esos allegados procedentes de Cangas y, concretamente, de la parroquia de Aldán para acompañar a Iván Villar en ese momento dulce que es la llegada a casa tras el éxito de una medalla de plata. El número era reducido, entre 20 y 30 personas, pero seguro que escogido porque también serán los que ayuden al futbolista y lo apoyen en los malos momentos que seguramente tendrá en su carrera. 

Ahora llegará el tiempo de reflexión para Villar, pero que será breve, porque tiene que incoroporarse al Celta de forma inmediata para afrontar una campaña que empieza este domingo con el duelo ante el Atlético de Madrid. Y, pesa a ser titular gran parte del curso pasado, el cangués tendrá una notable competencia con Matías Dituro y Rubén Blanco. 

Eso sí, el inicio llega con la alegría de una brillante medalla de plata, el calor de los familiares y los abrazos sentidos, especialmente los de la pequeña Claudia. Prima y aficionada número 1 del portero cangués que seguro que elaboró la pancarta que sostenía con todo el mimo del mundo. Y allí, cerca, también habría una pancarta un poco más extraña y que anunciaba, a boli y sin logotipos, el nombre de un taller. Una especie de regresión en el tiempo a la publicidad subliminal más tradicional y que, en este caso, hay que decir que no funcionó porque este redactor no lo recuerda. Más emotivo fue el acto de primo y jugador céltico que sí se mantiene en la mente.

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