A España le falta algo. Fe, quizás. Argumentos, tal vez. Porque jugadores no parece. La selección española masculina de baloncesto en silla, en la que el vigués Agustín Alejos volvió a tener un papel secundario, cayó ayer en el duelo por el bronce ante Gran Bretaña. Lo hizo con justicia, lastrada por un mal tercer cuarto y por, una vez más, carecer de un plan B de entidad, capaz de solventar los malos momentos de un plan A a su vez demasiado basado en la figura de Asier García. El vasco tiene juego y experiencia como para ser el líder, pero la selección dispone también de piezas suficientes como para que no sea el único.
El seleccionador, Óscar Trigo, pareció más dispuesto a repartir juego de inicio. Diallo entró en el cinco por el ferrolano Manu Lorenzo y una mala caída de Asier mediado este tiempo dio minutos a Alejos y Sánchez Lara -de la mano, al ser un 4,5 y un 1, sustituyendo a otro dúo como el 4,0 Asier y el 1,5 Sticx-. El también ferrolano David Mouriz acabó jugando más de 18 minutos y tuvieron presencia ya en la segunda parte Onrubia y Pincho Ortega.
Porque en la primera todo iba más o menos bien. Inglaterra, sin cuerpo técnico debido al Covid y ejerciendo como entrenador Gaz Choudhry, no encontraba a sus referentes y su juego iba a tirones, mientras que en España todo asemejaba ser coherente. Al descanso, 30-28 para los españoles. Todo abierto.
La puerta se cerró de golpe. En cuanto Inglaterra aumentó su presión deportiva al máximo y encontró en ataque la clarividencia de Choudhry, que se había reservado a sí mismo en la primera parte, la fortaleza de Manning y el tiro del ex del Amfiv Abdi Jama. Del 10-22 de ese cuarto ya no se pudo levantar el partido. Sobre todo porque a Asier le empezó a fallar la muñeca y no había plan B. Los intentos honrosos de recortar no sirvieron. A España le faltó algo.
