José Teo Andrés
La fría estadística
Según las estadísticas, fríos datos pero objetivos, Vigo ya no es una ciudad industrial o no como lo fue en el pasado reciente, cuando era el referente de Galicia creaba miles de empleos. El peso del sector continúa siendo superior a la mayoría de ayuntamientos gallegos, aunque con una tendencia claramente en descenso. No hay más que echar un vistazo al PIB que se genera en la ciudad. El sector servicios, en la suma de hostelería y otros así como los de tipo financiero, se ha convertido en predominante, aunque la metalurgia y la construcción de coches todavía suponen mucho. Pero la industria cotiza a la baja y las previsiones en materia de suelo del Plan General no invitan al optimismo. Creo que es el mayor error del Plan aprobado este año, que liquidó las posibilidades que aparecían en el Plan de 2008 de desarrollar nuevos parques empresariales en un municipio donde hay terreno para todo con sus más de 100 kilómetros cuadrados. A día de hoy, Vigo prácticamente ha renunciado a contar con nuevas grandes empresas, salvo que se amplíe el polígono de Balaídos o el Parque Tecnológico, dos posibilidades que llevan años sobre la mesa en una lentísima tramitación administrativa. El caso es que no hay opciones en Vigo y si mañana Toyota quisiera construir una fábrica en la ciudad no tendría donde instalarse, salvo en el entorno. En concreto en el Puerto Seco, donde hay miles de metros disponibles. Siempre será mejor ahí que en Portugal, pero resulta obvio que nunca va a ser lo mismo: no beneficiará directamente a la ciudad, se perderá la marca y la relación de referencia con Vigo y también millones anuales con los impuestos que se pagarán en otros municipios.
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