La economía viguesa prevé crecer en 2026 pese a la incertidumbre a nivel internacional

La economía viguesa afronta un 2026 de alta carga de trabajo en sectores claves como el naval, la construcción y el metal y un moderado optimismo en automoción y pesca. Pero hay retos, como el tecnológico, la escasez de empleo cualificado, la transición energética y la sostenibilidad empresarial.

El Círculo de Empresarios de Galicia ve un freno en la “escasez de suelo industrial, las dificultades para acceder a energía a precios competitivos, la lentitud en algunas infraestructuras claves y la falta de determinados perfiles profesionales”. “Vigo y Galicia necesitan captar más inversión externa, tanto industrial como tecnológica, para acelerar su transformación y reforzar su posición en los mercados internacionales”, señala su presidenta María Borrás, que considera que la economía viguesa “llega a 2026 con una base sólida, empresas fuertes, diversificadas y gran capacidad exportadora. El potencial es indiscutible, la clave ahora es acelerar y crear un entorno favorable a la inversión". Con todo, la presidenta de Círculo de Empresarios apunta cuestiones que “preocupan al tejido empresarial” como el elevado absentismo laboral “que impacta en la productividad, una regulación laboral que limita la flexibilidad y un nivel de inversión que sigue siendo insuficiente para afrontar el reto tecnológico”.

Desde la Asociación de Industrias Metalúgicas de Galicia, Asime, el sector afronta el año con optimismo dados los datos de facturación y empleo al alza con el que prevé cerrar 2025 y “una elevada carga de trabajo que roza el 90% de la capacidad productiva”. No obstante, el sector es realista con “un contexto global con tensiones y transformación que dibujan un horizonte lleno de retos”, señala el secretario general, Enrique Mallón. “La industria de la automoción, por ejemplo, está en un momento de transición clave, pero creemos que en 2026 los impactos en empleo y ventas serán de pequeño volumen”. Asime ve dificultades con la “carga impositiva a las empresas y la incertidumbre sobre las nuevas regulaciones como la posible reducción de la jornada laboral”. En cuanto a la falta de profesionales, cifra en 5.000 las personas que necesita en Galicia este sector “como mínimo para cubrir vacantes” y advierte que en el naval “el 40% de los trabajadores se jubilará en menos de diez años”.

El presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), Javier Touza, ve una situación “compleja y de mucha incertidumbre" para la pesca ante “la caída progresiva de las ventas y las posibilidades de pesca cada vez más pequeñas impuestas por Bruselas”. “No se está cumpliendo el pronunciamiento que hizo el comisario en Vigo, donde transmitió que había que hacer un cambio y reorientar las zonas altamente dependientes de la pesca, como Galicia". Touza advierte sobre “la triple crisis profunda que vive el sector con una falta de relevo generacional de trabajadores, también entre los propios armadores y de caída de consumo”. “Estamos apoyándonos en empleo extracomunitario. Si tenemos barcos antiguos, de más de 30 años, pero vemos que se cercenan los fondos comunitarios y que cada vez hay más áreas vedadas, esto desmotiva a los empresarios".

Desde la Asociación Empresarias Galicia su presidenta Susana Pérez ve que las perspectivas económicas para 2026 son “moderadamemente optimistas” con un crecimiento que estará marcado “por un contexto de incertidumbre a nivel internacional y regulatorio que obliga a las empresas a ser prudentes y estratégicas”. “Seguiremos con el gran reto del empleo a nivel multisectorial, que obliga a rechazar pedidos por la falta de personal”. “Defendemos la necesidad de un entorno estable y favorable que permita sobre todo a la pequeña empresa crecer y competir con otros países en igualdad de condiciones”.

El Clúster del Naval Gallego, Aclunaga, constata el buen momento que vive el sector con unos datos “que arrojan optimismo”. “Estamos ante una tendencia récord en la historia del naval de Galicia”. “Para 2026 esperamos un incremento del 10% de las unidades (barcos) en construcción”, indica acerca de la actividad concentrada principalmente en los astilleros privados de Vigo. Con todo, el clúster señala que esta industria está inmersa “en una de sus transformaciones más profundas de su historia con un fuerte compromiso con la sostenibilidad y la economía verde".

La Asociación de Constructores de Pontevedra (ACP) prevé un año “con carga de trabajo importante en cuanto a inversión pública y privada" y especialmente relevante en Vigo “con iniciativas que se irán materializando a lo largo del año y que irán tomando cuerpo tras la aprobación del PGOM”, explica el presidente de la patronal provincial, Miguel Caruncho. Entre los retos, “la falta de mano de obra es uno de los grandes problemas que tenemos para afrontar la carga de trabajo”.

Por su parte, la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) de Vigo asegura que “seguirá remando gracias a la diversificación de las empresas y pese a la situación internacional incierta". Su presidenta, Águeda Ubeira, señala que “desde AJE continuaremos sumando y creciendo en la ciudad, que seguirá siendo el motor económico de Galicia”.