Fernando Ramos
La manipulación política de la denuncia contra Suárez
Una dosis de realismo: Vigo se está quedando cada vez más lejos de los ayuntamientos de mayor riqueza de sus ciudadanos y en cada ejercicio Hacienda se encarga de plasmarlo en datos concretos, objetivos e inatacables. Es lo que hay: en dos años, Vigo (es decir, los vigueses) ha perdido más de 20 puestos en el ranking nacional por renta media bruta y al mismo tiempo la ciudad se ha quedado fuera del top 10 gallego, donde los ayuntamientos de las áreas de A Coruña y Santiago están al mando. Es decir, son donde hay mayor riqueza y sus vecinos disponen de más euros en sus bolsillos. Un vigués medio tiene ahora al año 5.000 menos que un coruñes promedio y eso lo dice casi todo, siendo dos ciudades similares, pero cada vez más alejadas.
No siempre ha sido así: de hecho, en el pasado no tan remoto la situación era la inversa o cuando menos existía un cierto equilibro que se ha roto definitivamente: en cada nueva estadística de Hacienda, mayor distancia. En el último, Vigo subió en mil euros de media, un buen salto adelante, hasta los 30.000 euros brutos por personas; pero A Coruña creció más, 2.000 euros, hasta los 35.000. Hay algunas explicaciones sobre por qué ocurre esto y ninguna va a gustar. La más evidente, que la capital herculina ha pegado un enorme estirón visible en casi todos los campos salvo el fútbol, donde el Celta ha hecho mucho mejor las cosas, ajustando sus gastos y apostando por el modelo de la cantera que ha dado resultados. En el resto, Coruña avanza con paso mucho más firme gracias su emporio industrial de Inditex, el financiero y los proyectos atractivos, como la Agencia Española de la IA o la base para combustibles verdes en el Puerto. Todo ello ha servido de imán y en los últimos cuatro o cinco años miles de inmigrantes extranjeros optaron por la capital coruñesa, cuando antes Vigo era el principal atractivo de Galicia. Las últimas noticias dan que pensar, con Stellantis echando el freno en sus principales factorías, también finalmente en Balaídos, mientras acelera inversiones en sus plantas del norte de África. El futuro no está escrito, pero las decisiones de hoy repercutirán en el futuro.
Contenido patrocinado
También te puede interesar