Europa por décima vez, vía cantera

Todos los años tienen su historia pero no todos pasan a la historia. 2025 sí lo hará para el Celta, porque supuso la décima clasificación para una competición europea de sus 102 años de vida. Un logro inesperado por el momento de un proyecto capitaneado por Claudio Giráldez desde el banquillo y marcado por la aportación de futbolistas con paso previo por el filial. Apenas en el primer curso completo del porriñés, el equipo superó todas las expectativas para acabar séptimo en Liga y meterse en la Liga Europa, el segundo torneo continental. Y la ola buena prosigue, porque el bloque celeste calca la misma posición en la temporada actual, a falta de sólo dos jornadas para el final de la primera vuelta.

La cuestión es que el año no empezó demasiado bien. Porque el mes de enero fue duro. El mercado abierto, la polémica eliminación copera en el Bernabéu ante el Real Madrid y un bajón de rendimiento liguero en resultados supuso la primera minicrisis del reinado de Giráldez. Pero el equipo se recuperó tras remontar un duelo clave contra el Betis en Balaídos y fue capaz de certificar la clasificación europea. Eso sí, no sin cierto sufrimiento. Porque la primera vez para certificar matemáticamente el billete no se dio: en la penúltima jornada, el Rayo Vallecano se llevaba los tres puntos de Balaídos. Había obligación de ganar en Getafe en el último capítulo liguero para culminar el sueño y el equipo lo logró con otra remontada: Borja Iglesias empató y, cómo no, Iago Aspas anotó el tanto decisivo.

Hubo fiesta más que justificada. La décima clasificación europea fue, sin duda, la más canterana. Once jugadores formados en A Madroa más otros tres con paso previo por el filial. Y 13 gallegos. Haciendo un fútbol alabado y reconocido por su capacidad para ser valiente y ofensivo. Un compendio de virtudes que dieron a luz un 2025 inolvidable.