El portazo de Baró

Pocas sabían –yo desde luego no me encuentro entre los poseedores de este singular conocimiento- que Rosauro Baró es el mayor inversor individual de la Compañía Telefónica con 25 millones de euros en patrimonio accionarial. Personalmente conocía que es la pareja de Amaya Salamanca con quien tiene tres hijos, que es sevillano y que es uno de los empresarios más sobresalientes del país. Pero de su potente presencia en Telefónica me acabo de enterar ayer, precisamente el día en el que Baró ha dado el portazo. El siguiente paso era saber por qué un hombre joven y de su posición e influencia, ha decidido poner tierra de por medio y renunciar a todos los cargos que ostentaba en la compañía, desde la vicepresidencia de Movistar Plus hasta sus cargos de consejero en Acciona y la propia Telefónica entre otros muchos. La solución ha terminado saltando como las liebres al camino y desgrana otra de las habituales operaciones de colonización desplegadas desde Moncloa y supeditadas a la necesidad de agradecer los servicios prestados. Baró ya sintió el primer aguijón de incomodidad cuando se nombró a un señor catalán con el que no tenía la más mínima sintonía llamado Marc Murtra que sustituyo por sorpresa a su amigo José María Álvarez Pallete. Lo primero que hizo Murtra al tomar posesión fue colocar al antiguo consejero de Sánchez en Moncloa, Javier de Paz, en la presidencia de Movistar Plus. Pero la gota que ha colmado el vaso es la incorporación de Andoni Ortúzar al consejo de Movistar Plus con un sueldo que ronda los 80.000 euros. Conviene recordar que Andoni Ortúzar ocupaba la presidencia del PNV cuando se produjo la moción de censura presentada por Pedro Sánchez hace siete años, y que Ortúzar fue el responsable directo de que su partido dejara colgado a Mariano Rajoy en la votación tras prometerle que le otorgaría sus votos. Esa maniobra hizo a Sánchez presidente del Gobierno de España.

La incorporación de Ortúzar coincide con un ERE en Telefónica instruida por la nueva dirección que afecta al 41% de la plantilla y podría despedir a más de cinco mil trabajadores.