La indignación mostrada por una de las víctimas del robo de joyas en un piso de Plaza de Compostela, que denunció indefensión al tardar la Policía en atender su emergencia casi 45 minutos, tuvo ayer respuesta por parte de la Comisaría. Fuentes policiales aseguraron que se actuó con rapidez, afirmando que la patrulla llegó a la vivienda a los diez minutos de la llamada. Asimismo, negaron que desde la centralita del 091 se afirmara que estaban un poco ocupados y que enviarían a una patrulla cuando pudieran, tal y como aseguró la víctima.
No obstante sí que hay registrada una llamada a la Policía Local a las 22,29 minutos que la propietaria aseguró que hizo porque ya le habían advertido de que iban a tardar en Comisaría.
Desde López Mora la información oficial aportada ayer desechó que hubiera déficit de efectivos durante las noches o los fines de semana para vigilar la seguridad en la ciudad y los robos en domicilios. Concretaron que se cuenta con siete zetas y los fines de semana siete patrullas combinadas que “están por las calles”.
De igual forma, incidieron en que no pueden confirmar que las sospechosas sean de una nacionalidad en concreto ni que pertenezcan a una banda itinerante pues “todavía no están identificadas”, a pesar de que sus características y forma de actuar coinciden plenamente con la descripción aportada por Comisaría este mismo verano sobre las bandas croatas. “Mujeres de entre 18 y 22 años, pelo largo, complexión delgada y bien vestidas”.
Por su parte, fuentes municipales sí corroboraron que se recibió una llamada para comunicar un robo en la cual también se les comunicó que se había dado aviso a la Policía Nacional. Desde el 092 se confirmó, poco después, que la centralita del 091 ya tenía comisionada una dotación para atender el robo. Al ser competencia de la Policía Nacional y confirmar que la emergencia estaba siendo atendida por este cuerpo de Seguridad, los agentes locales no se personaron en el domicilio.
La víctima relató cómo durante el tiempo en el que no llegó la Policía, su familia vivió momentos de angustia, “llegué a coger dos cuchillos, porque no sabíamos si todavía estaban por aquí, si podían entrar otra vez… Fueron momentos de mucho nerviosismo, horrible".
Según su testimonio, cuando los agentes “de paisano” llegaron, “me dijeron que venían de atender un episodio de violencia de género en Redondela”.
La Comisaría incidió en que se continúa con la investigación para el esclarecimiento de este y el resto de robos y que no se debe generar alarma social
