No va a ser fácil desarrollar la urbanización de A Seara, una de las “islas” que se han quedado olvidadas en el corazón urbano y que tras aparecer como ordenación detallada en el anterior Plan General -para su teórica rápida puesta en marcha- en el nuevo se plantea su ejecución a través de un plan especial de reforma interior, lo que exigirá largos trámites. Y eso siempre en el caso de que haya voluntad de hacer realidad la ordenación, lo que no parece que será ni rápido ni sencillo. Y además, se implica a los edificios de López Mora. El intento anterior naufragó cuando la empresa que se había hecho con la mayoría de las viviendas acabó quebrando al coincidir con la crisis. En A Seara viven ahora menos de medio centenar de vecinos, en un entorno singular, con la ciudad por todos lados, e incluso edificios de 10 y más alturas, donde hay gallinas, ovejas y sobre todo numerosas viviendas abandonadas y en ruinas. También hay varias vías que se han quedado a medias, sin salida hacia la calle Coruña, y que tendrían su oportunidad. La seguridad jurídica de un nuevo Plan General jugaría a favor de que alguna gran empresa se hiciera con los terrenos para integrar A Seara definitivamente en la malla urbana y no continúe siendo una excepción.
La ficha del Plan General exige que el desarrollo de A Seara cuente con un 30 por ciento de vivienda nueva que disponga de algún tipo de protección oficial y que los sólidos tengan un máximo de ocho alturas para adecuarse al entorno existente, aunque también el propio PGOM contempla que pueda haber alguna excepción si se justifica. La ordenación actuaría en una superficie de 54.408 metros cuadrados delimitada por López Mora, Arquitecto Pérez Bellas, Coruña y López Mora. Según señala el nuevo Plan de Vigo en sus disposiciones, la ordenación asimilará los volúmenes existentes en su entorno en suelo urbano consolidado mediante integración de las medianeras y tendrá como eje principal el actual Camiño da Seara, procurando concentrar las reservas de espacios libres. En concreto, incluye de forma expresa el actual parque y también otras zonas que en el anterior plan estaban excluidas, como la pista de baloncesto y un área boscosa anexa que ha dado no pocos problemas a los vecinos al acumularse desperdicios, lo que provocó numerosas quejas. Llegó a formarse una auténtica montaña de residuos, y desde el Concello se recordaba que era una zona privada, vinculada a los inmuebles que dan hacia López Mora. Pese a ello, se hizo alguna limpieza y hoy presenta mejor aspecto.
Para las comunidades de vecinos del entorno, las traseras que lindan con la calle López Mora, la ordenación prevista supondrá un cambio sustancial: para el desarrollo del ámbito A Seara tendrán que participar de forma obligada con cargas y beneficios en la junta de compensación que se constituya, cediendo espacios y contribuyendo a la urbanización, a cambio de futuros beneficios. También permitiría ampliar la zona verde y consolidarla como un gran parque en el centro urbano.
El 85 por ciento del uso se contempla residencial
El ámbito A Seara aparece en el Plan General dentro del suelo urbano no consolidado, delimitado entre el centro comercial Camelias, López Mora y Arquitecto Pérez Bellas. El único cambio relevante está en la inclusión de una zona, en la trasera de los edificios de López Mora, donde se encuentran algunas dotaciones deportivas y la zona boscosa y con arbustos, que se integrarían en la urbanización. La ficha de la urbanización también señala que se contempla un uso mayoritariamente residencial de las edificaciones a construir, en concreto el 85 por ciento del total, siendo el 15 por ciento restante para terciario, es decir, dotacional o comercial. Los equipamientos públicos supondrían el 13 por ciento del total de la superficie y los espacios libres públicos el 17 por ciento sobre una superficie bruta de 54.408 metros cuadrados con 1,25 m2 de edificabilidad.
