El cantante dio el concierto completo ante miles de seguidores pese a la lluvia que cayó todo el día y embarró el auditorio
“Este es el último chaparrón”. Este comentario era el más repetido entre los grupos que se acercaban a Castrelos, media hora antes del concierto de Bisbal, protegidos con paraguas y chubasqueros. Faltaban unos minutos y con la salida del alcalde se solventaban las dudas sobre la celebración del concierto.
Aunque las precipitaciones remitieron en intensidad, parando por momentos, las condiciones del auditorio no eran las más propicias. Tanto las gradas como el recinto de pago estaban encharcados y llenos de barro. Los pies se hundían en el suelo y caminar se convirtió en un deporte de riesgo.
Consciente de la situación, David Bisbal reconoció la entrega de los presentes: “Quiero dar las gracias por el enorme esfuerzo de la gente, esperando bajo la lluvia”. Mensaje en el que insistió ya en el hotel, a través de sus redes sociales, donde se comprometió a volver. En todo momento lanzó mensajes de ánimo que fueron recibidos con aplausos: “Ni la lluvia nos va a parar”, dijo.
Durante la actuación hizo varias alusiones a los atributos de Galicia y de los vigueses: “¡Hay que ver qué bien canta la gente de Vigo!”. Durante su repertorio hizo un repaso de toda su carrera musical, desde 2002 con “Corazón latino” hasta “Bésame”, editado este año. Todos temas conocidos que fueron coreados por los asistentes. Además de simpatía, Bisbal también se mostró cercano. En varias ocasiones dejó el escenario para cantar desde el foso, junto a las primeras filas, donde recogió un ramo de flores que le ofrecieron.
Con cerca de una hora y media de concierto, se despidió, para volver casi al momento e interpretar el bis: “Bulería” y “Avemaría”. Abandonó el escenario, dejando al público satisfecho, aunque mojado. De forma inmediata salió del recinto en una furgoneta con las lunas tintadas y custodiado por la Policía Local con un grupo de incondicionales que corrieron unos metros tras la furgonetas. En esta salida quedó reflejado el fenómeno fan de David Bisbal que atrajo a miles de seguidores de toda Galicia, de Portugal e incluso de distintos puntos de España.
Aunque las precipitaciones remitieron en intensidad, parando por momentos, las condiciones del auditorio no eran las más propicias. Tanto las gradas como el recinto de pago estaban encharcados y llenos de barro. Los pies se hundían en el suelo y caminar se convirtió en un deporte de riesgo.
Consciente de la situación, David Bisbal reconoció la entrega de los presentes: “Quiero dar las gracias por el enorme esfuerzo de la gente, esperando bajo la lluvia”. Mensaje en el que insistió ya en el hotel, a través de sus redes sociales, donde se comprometió a volver. En todo momento lanzó mensajes de ánimo que fueron recibidos con aplausos: “Ni la lluvia nos va a parar”, dijo.
Durante la actuación hizo varias alusiones a los atributos de Galicia y de los vigueses: “¡Hay que ver qué bien canta la gente de Vigo!”. Durante su repertorio hizo un repaso de toda su carrera musical, desde 2002 con “Corazón latino” hasta “Bésame”, editado este año. Todos temas conocidos que fueron coreados por los asistentes. Además de simpatía, Bisbal también se mostró cercano. En varias ocasiones dejó el escenario para cantar desde el foso, junto a las primeras filas, donde recogió un ramo de flores que le ofrecieron.
Con cerca de una hora y media de concierto, se despidió, para volver casi al momento e interpretar el bis: “Bulería” y “Avemaría”. Abandonó el escenario, dejando al público satisfecho, aunque mojado. De forma inmediata salió del recinto en una furgoneta con las lunas tintadas y custodiado por la Policía Local con un grupo de incondicionales que corrieron unos metros tras la furgonetas. En esta salida quedó reflejado el fenómeno fan de David Bisbal que atrajo a miles de seguidores de toda Galicia, de Portugal e incluso de distintos puntos de España.
