El apoyo inquebrantable para los más vulnerables de Vigo

Antonio Rivas y Cristina Fernández atendiendo a una persona que ejerce la mendicidad en Urzaiz.
photo_camera Antonio Rivas y Cristina Fernández atendiendo a una persona que ejerce la mendicidad en Urzaiz.
La unidad de calle del Centro Integral de Inclusión y Emergencia Social recorre la ciudad acompañando y ayudando a personas que duermen en la calle o ejercen la mendicidad

A bordo de una furgoneta que recorre toda la ciudad, la Unidad de Calle del Centro Integral de Inclusión y Emergencia Social (CIIES) realiza a diario un trabajo esencial: prestar apoyo a los más vulnerables en Vigo, personas que se encuentran “fuera del sistema” al pernoctar en la calle o ejercer la mendicidad. Cristina Fernández, educadora social, y Antonio Rivas, técnico en integración social, son dos de las personas que prestan un acompañamiento “inquebrantable” a este colectivo en la ciudad.

“Nuestro principal objetivo es estar ahí, ir al ritmo que la persona nos permita en un proceso de acompañamiento”, afirma Cristina, asegurando que la base de su trabajo es la confianza que deben construir en la persona que vive en la calle. “Es un trabajo que va poco a poco, primero tenemos que ubicarlos, hay un primer acercamiento, nos presentamos, conocemos su caso y vemos qué podemos hacer para ayudarle. Vamos al ritmo que cada persona nos permita”, indica la educadora social. “Por nuestra parte, es importante no perder el fuelle, tenemos estar las veces que haga falta”, añade. 

La atención que realiza la Unidad de Calle hace un seguimiento semanal de cada persona, realizando cada día dos recorridos –uno por la mañana y otro por la tarde– en los lugares que frecuentan las personas que viven en la calle, siendo reconocidos en cuanto aparecen con su inconfundible chaqueta roja. Al respecto de este servicio, Abel Caballero valoró positivamente sus actuaciones, destacando que “atendemos a toda la ciudad y la política social es el corazón de Vigo”.

El acompañamiento que realizan va desde preocuparse por su estado de ánimo y de salud, muchas de ellas con problemas de salud mental o adicciones que hacen fundamental echar mano de un extra de empatía. Además de un tiempo de charla que para muchos usuarios supone una de las mayores interacciones diarias, la Unidad de Calle les ofrece bebida caliente, algo de comida, la opción de lavarles la ropa en las instalaciones del albergue municipal en Marqués de Valterra o acompañamientos para una cita médica. 

Una de las últimas actuaciones que también están realizando, a consecuencia de la pandemia, tiene que ver con el proceso de vacunación. “Muchas de las personas sin hogar no disponen de teléfono móvil”, recuerda Antonio, por lo que en un primer momento fue posible vacunarlos en el CIIES de Marqués de Valterra.  

“Hay un importante trabajo de concienciación sobre este tema porque muchas veces consideran que ellos no necesitan la vacuna al vivir en la calle o no tener apenas interacción social, nosotros les asesoramos, buscamos soluciones y si es necesario se les lleva hasta Ifevi, como pasa ahora con las dosis de refuerzo”, explica Cristina.

Entre las actividades de este equipo, que además de atender avisos de urgencia y que puede sumar otros perfiles profesionales como la psicóloga o las trabajadoras sociales en función de las necesidades de la persona sin hogar, también están en los casos de viviendas okupadas como mediadores en la búsqueda de alternativas para que estas personas no acaben en una situación de calle. “Hay personas con situaciones más cronificadas y es más difícil que accedan a abrirse, pero hay casos en los que pudimos ayudarles y eso demuestra que tenemos que seguir”, subraya Cristina.

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