Vivienda

El antiguo edificio ‘okupa’ de Gran Vía comercializa ahora viviendas de lujo

El edificio, en la actualidad, con los carteles de se vende.
photo_camera El edificio, en la actualidad, con los carteles de se vende.
Cuatro años después de la recuperación del inmueble por la Sareb, y con la obra finalizada se comercializan los últimas viviendas de lujo

El número 54 de Gran Vía ha dejado atrás su pasado okupa y cuatro años después cuelga el cartel de ‘se vende’ en las últimas viviendas y locales por comercializar, que no son pocas. Mediante la forma tradicional, prueba de que se sigue utilizando sin temor a nuevos allanamientos,  Domus RS pone a la venta 18 viviendas entre estudios y pisos de hasta tres habitaciones a un precio que oscila desde los 176.000 (un primero de 35 metros cuadrados) hasta 439.000 (cuarto exterior de 94 metros).

La reforma realizada en el inmueble, que se había quedado en su día sin terminar, nada tiene que ver con el aspecto  que presentaba años atrás, incluso después de la marcha de las personas que fueron desalojadas. Los bajos comerciales, también en venta, se han librado de los viejos grafitis y muestran una imagen acorde con el lujo con el que un día se proyectaron. 

En los portales de internet donde se comercializan estos inmuebles se puede encontrar incluso un anuncio donde se prevé una jornada de puertas abiertas el próximo viernes y sábado para que aquellos interesados puedan visitar el interior de los pisos.  Para garantizar que, en el proceso de finalización de venta, no haya nuevos riesgos, el edificio cuenta con medios de seguridad privada. 

En 2020, durante la pandemia, el edificio de siete plantas se convirtió en refugio de personas sin hogar. La Sareb, el llamado banco malo que se hizo con la gestión de activos inmobiliarios de las cajas intervenidas, tomaba posesión meses después del edificio, heredado de un promotor que, tras quebrar, dejó la obra sin finalizar.  La misma firma encargada de otra promoción de lujo en la misma Gran Vía, en la acera de enfrente y que curiosamente también tuvo que parar los trabajos por unas horas al inicio ante la presencia de una persona en el interior,  tomó las riendas para reformar el inmueble. La inspección del mismo dejó al descubierto graves daños y destrozos de los que ya no hay rastro alguno. 

El mercado de compra y venta cerró el año pasado en Vigo con una caída del 16,4%, lo que supuso un frenazo a cinco años al alza. La  escasez de obra nueva, a la espera del PGOM,  y los precios disparados  han sido claves en esa ralentización, pese a que la demanda de vivienda sigue siendo muy alta y el alquiler, además de por las nubes, muy escaso.

Las previsiones del sector,  según las últimas encuestas de los principales portales, son no obstante optimistas de cara a este año, con varias promociones en Vigo ya a la venta.

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