Las Anpas del Vilariño y Camos se unen a la del Humberto Juanes y convocan para mañana viernes a las 9,20 horas una manifestación delante del consistorio para exigir a la Consellería a que incluya una cláusula que obligue a la utilización de su cocina a la nueva concesionaria, favoreciendo así a la elaboración de menús kilómetro cero. El Concello, por su parte, no solo se une a la iniciativa, sino que anima a todos los vecinos de la localidad a que la secunden después de no haber obtenido respuesta a la petición formal enviada el pasado mes de agosto, para lograr que la utopía de la alimentación escolar ideal, con platos hechos in situ y al momento se convierta en una realidad.
Y es que cuatro años después la historia en el CEIP Humberto Juanes de Nigrán se repite, en esta ocasión con más apoyos y una diferencia sustancial. La realidad de contar con unas instalaciones completamente equipadas, con capacidad para dar de comer a la totalidad del alumnado matriculado en los centros educativos de la localidad y que llevan un año a la espera para poder entrar en funcionamiento. Este es el argumento indiscutible con el que la comunidad docente, padres y Concello no contaba en 2019, cuando por primera vez pidieron a la Xunta el cambio de modelo de gestión indirecta por la que los cáterings distribuyen la comida cocinada a cientos de kilómetros al tradicional. Ahora, con la nueva cocina financiada íntegramente por el Concello y a poco más de un mes de que se publique la licitación del servicio por otros cuatro años, de las peticiones darán el salto a las exigencias, puesto que esta es la última carta de la que disponen para que la situación cambie.
Durante la primera reunión informativa mantenida al respecto en 2019, la directora Cristina Fernández anunció como gran avance las intenciones de la Xunta para incluir en los pliegos la existencia de las instalaciones, dejando en manos de las empresas la posibilidad de cocinar desde Nigrán. Si bien es cierto que por aquel entonces el proyecto que se barajaba ascendía a 84.000 euros, siendo muy inferior al que finalmente el Concello ejecutó con una inversión de casi 300.000, en la práctica de poco les sirvió. Los menús siguieron llegando a todos y cada uno de los colegios en frigoríficos tras recorrer 150 kilómetros con lo que ello conlleva. “Le estamos dando todas las facilidades a la Xunta, una cocina completamente gratuita, equipada y a estrenar”, remata el alcalde Juan González.
