TRIATLÓN

Una plata peleada

Héctor Catalá y Gustavo Rodríguez, en el podio, con la medalla de plata obtenida en los Juegos Paralímpicos en paratriatlón PTVI.

EFE
photo_camera Héctor Catalá y Gustavo Rodríguez, en el podio, con la medalla de plata obtenida en los Juegos Paralímpicos en paratriatlón PTVI. EFE
El tudense Gustavo Rodríguez, guía de Héctor Catalá, reconoce que la segunda posición en Tokio resultó difícil porque “en las dos últimas vueltas, íbamos al límite”

El tudense Gustavo Rodríguez, a los 41 años, pudo lograr su sueño de alcanzar la medalla de plata en los Juegos Paralímpicos de Tokio tras una ciclo de mucho trabajo y una mejora constante como guía del valenciano Héctor Catalá. Ambos terminaron ayer segundos en la categoría PTVI. La victoria recayó en el estadounidense Brad Snyder. 

El del Baixo Miño manifestó, al terminar la prueba, que ya sabían que iba a "hacer calor", pero que no contaban con "tener que remontar tanto a pie". Gustavo Rodríguez expresó que "iba a ser una carrera de eliminación por las condiciones y nos vinimos muy arriba para vernos en la lucha por las medallas, pero luego el problema es que eran cuatro vueltas de carrera y tocaba mantenernos, y en las dos últimas estábamos en el límite".

Por su parte, Héctor Catalá reconoció que habían sufrido en su remontada en la carrera a pie. "Al final de la segunda vuelta le he dicho a Gustavo (Rodríguez, guía) que venía el lobo. Pero era buscar el límite y lo hemos encontrado, aunque en el centro médico casi vomito y estaba por encima de los 40 grados, pero esto lo vale y es una experiencia más", admitió.

"Yo no me entero muy bien de cómo vamos en la carrera, escuchaba referencias, pero no eran muy claras y me he limitado a empujar fuerte porque si no, no me lo iba a perdonar en toda la vida. Las condiciones de calor sabíamos que iban a ser de supervivencia y que había que apretar hasta el final, nosotros nos hemos asomado al abismo y hemos hecho equilibrio", añadió. El de Sierra apuntó que tanto él como su guía son "conscientes" de cuales son sus "debilidades y virtudes". "Nos consideramos triatletas porque no tenemos un sólo sector fuerte, pero es verdad que en natación es donde pecamos más. En la carrera a pie hemos conseguido tener un segmento potente y yo he conseguido creérmelo", indicó.

Además, tuvo palabras de agradecimiento para Gustavo. "No es mi guía, es mi compañero, somos como un K2. No considero que tenga que preocuparse por mí, sólo de llevarme al límite, y la clave del éxito es entendernos fácil. Esto es mucho trabajo, los dos somos superobsesivos con los entrenamientos, los datos y los números", advirtió Catalá.

La carrera de Catalá y Gustavo Rodríguez marchó según el guión previsto aunque, probablemente, perdieron más tiempo del que contaban en el sector de natación. En su caso, al ser del grupo B2, salían con  3:21 de retraso respecto a los competidores del grupo B1, los de mayor deficiencia visual. Por este motivo ya están obligados a recuperar, pero  todavía tuvieron que hacerlo un poco más al no realizar un buen sector a nado. En la primera transición pasaron a 3:11 de la primera posición. 

Pese a ello, Catalá y Rodríguez  recuperaron en la bicicleta hasta la sexta plaza a 2:41 y realizaron un comienzo demoledor en carrera porque en la primera vuelta pasaron a un ritmo cercano al 3:30 el kilómetro. Se situaron  en la segunda plaza a 1:43 del primero y, pese a que continuó la reducción, ya no pudo ser tan rápida y el dúo terminó a 55 segundos del oro y con sólo 10 de margen sobre el bronce. En todo caso, un resultado notable para Catalá y Gustavo Rodríguez, que llegaban como uno de los dúos a Tokio y cumplieron.

Te puede interesar
Más en Tokio 2020