Tengo una carta para ti

Susana de pequeña
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Susana Rodríguez pidió por escrito antes de Río la inclusión del paratriatlón en los Juegos

Tengo una carta. Una escrita con amor y reivindicación, de deporte, familia y vida. Escrita con el corazón de Susana Rodríguez Gacio y la colaboración de su hermana Patricia. Por aquel entonces, hace unos ocho años, la viguesa ya competía en la élite de paratriatlón en su categoría de PTVI (discapacidad visual), pero ganar una medalla en los Juegos no era una realidad porque la disciplina que une natación, ciclismo y carrera todavía no estaba en la programación.  

 “Recuerdo ayudar a escribir aquella carta y, también, a tener cierto miedo porque existía el riesgo de que se metiera el triatlón, pero no la categoría de Susana”, recuerda Patricia. Ahora, años después, es una anécdota más en la trayectoria de una deportista que llegó a la modalidad de tres disciplinas desde el atletismo, pero no como ahora, que compite en 1.500 metros. “Era más velocista, creo que de 400 pero no estoy segura. Estaba en el Centro de Tecnificación Deportiva de Pontevedra e hizo la mínima para Pekín, pero como había más españoles clasificados, se quedó fuera y aquello resultó un golpe duro para ella porque aquello fue todo dudoso. En ese diciembre dejó el centro y lo pasó bastante mal. Acabó fisioterapia y, después, comenzó la carrera de medicina en Santiago”, describe Patricia Rodríguez. 

Lejos de ser un final, aquel giro de la vida terminó siendo una oportunidad porque en la capital de Galicia coincidió con una excompañera de Pontevedra, que hacía triatlón. Fue el enganche porque a partir de 2010 descubrió el paratriatlón con su amiga Iris Toral. “Y ya se quedó en esta disciplina. Creo que en aquel momento había algo menos de nivel, pero ya se hablaba que podía ser olímpico”, relata la hermana de Susana. Y mejoró año a año. En 2013 ya estaba instalada en la élite mundial e, incluso, Patricia asume con la perspectiva del tiempo que “la salida de Pontevedra incluso le vino bien porque así empezó a estudiar medicina y se reencontró con Iris, además de seguir los estudios”. 

Y, desde aquel momento, la medicina y Susana Rodríguez fueron de la mano hasta el pasado otoño, cuando terminó los tres años del MIR. De hecho, en su caso, el aplazamiento de Tokio no terminó de ir del todo mal porque “la intención que tenía era pararlo, pedir permiso y terminar en 2021. Pero así lo hizo del tirón y en los últimos meses entrenó para Tokio en exclusiva y creo que le vino muy bien. Yo ya sabía que iba muy fuerte a los Juegos”, admite Patricia Rodríguez. 

Un oro en familia 

La noche de ayer resultó intensa en el hogar de los Rodríguez Gacio porque los padres y la hermana de Susana vieron juntos la carrera. Y las emociones no pararon porque entraban mensajes de forma continúa de “amigos que tambíen lo estaban viendo y me decían que estaba hecho, pero yo estaba muy nerviosa”, explica Patricia. No obstante, la tensión no tenía mucho argumento más allá del cariño familiar. El triunfo fue claro y celebrado en familia.

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