Chano Rodríguez (Cádiz, 1957) afronta sus sextos Juegos con la tranquilidad del deber cumplido y con la ilusión de un debutante pese a tener 64 años.
¿Cómo va la preparación?
Ahí vamos. Recuperándonos. Llevo unos días con dolor en el hombro y me limitaba para la velocidad. El fisio me puso de verano.
¿Pero competirá sin problema?
Crucemos los dedos. No está todo lo bien que yo quisiera, pero como suelo decirle a él, nado mejor con dolor que sin dolor.
¿Cómo lleva el encierro?
Hubo problemas de burocracia al principio. Pero luego me relajé y me puse a entrenar duro.
¿Nota la admiración del resto de sus compañeros?
Bueno, sí. El otro día puso un tuit Martín (de la Puente) llamándome 'la leyenda'. Ya le dije, “pero bueno, ¿esto qué es? Que no soy tan viejo”.
Conociéndole, imagino que no le llegará solo con estar. Pero es que estar ya es tremendo.
El objetivo era llegar. Ahora queremos subir el listón y aunque está muy complicado, tratar de entrar en una final. Hasta el día 22 no tendremos la lista oficial de competidores, así que hay incertidumbre porque no sabemos cómo estará cada uno.
¿Y cómo está usted?
Lo he dicho cuando ganaba medallas y ahora que no las gano. Hemos trabajado al máximo. Yo voy a dar el 100% y si otro da más, ganará. Es deporte. Por eso voy tranquilo.
Unos Juegos especiales, marcados por la pandemia.
He tenido la suerte de compartir momentos en diferentes villas olímpicas con deportistas de países con conflictos bélicos. Es la filosofía de los Juegos en Grecia. Se paraban hasta las guerras. Se trata de dar esperanza dentro de nuestras mínimas posibilidades.
El deporte puede hacerlo.
Y tanto. El deporte le dio un giro de 180 grados a mi vida. Es importantísimo en muchos sentidos diferentes y para disfrutarlo no hace falta ser Michael Phelps o Rafa Nadal o...
O Chano Rodríguez.
(Se ríe). Creo que cada uno en su medio puede esforzarse hasta el límite que cada uno cree que tiene que hacerlo. Y a partir de ahí intentar ser la mejor versión de uno mismo. Y siempre apoyándonos entre todos. Porque el ser humano solo no hace nada. Y en estos Juegos queremos transmitir más que nunca ese espíritu.
