Los medallistas, en contra de la medallitis

Un momento de complicidad, con risas de los medallistas cangueses durante su homenaje de ayer.
photo_camera Un momento de complicidad, con risas de los medallistas cangueses durante su homenaje de ayer.
Corrales, Portela y Germade insistieron en valorar tanto el proceso como el resultado

Hay un viejo dicho japonés que afirma que una persona se vuelve adulta cuando es capaz de valorar más el proceso que el resultado. Una frase que viene al pelo para la cita olímpica recién finalizada. Y no solo porque se haya celebrado en Tokio. Bajo esa sabiduría oriental, la inmadurez parece la seña de identidad cuando se habla de deporte en España.  “El problema es que el deporte en general es muy resultadista. También el olímpico. Al final, lo que importa es la medalla”, reflexiona Rodrigo Germade.

El palista cangués tiene claro de lo que habla. En Río 2016 fue quinto en el K4 1.000. Apenas a dos pasos de la ansiada medalla olímpica que se ha podido colgar cinco años después. Pero todavía mejor que él  lo sabe Teresa Portela. La palista de Aldán ha necesitado batir un récord estatal de participación para lograr tan deseada presea. 21 años de insistencia, con cinco diplomas. “De lo que más orgullosa estoy es de no haber dejado nunca de insistir”, sostiene con una sonrisa. Y de la alegría y el jolgorio del recibimiento de su pueblo, pasa a la seriedad total para tocar este tema. “Aquí no hay perdedores ni fracasados”, inicia, rotunda. “Hablar en esos términos después de cualquier resultado en cualquier competición es una falta de respeto al deportista y a todo su equipo”, desarrolla la subcampeona olímpica del K1 200. “Fracaso es no intentarlo”, resume a continuación.

El que ha llegado y besado el santo del trío ha sido Corrales -además de Iván Villar-. Pero ese triunfal ciclo del portero de la selección -dos oros europeos, un bronce mundial y otro olímpico- no lo desubica:  “Entre os deportistas, máis cos resultados, valoramos a traxectoria, o traballo e o esforzo”. Es decir, el proceso sobre el resultado.  “Tiven a oportunidade de coñecer a Támara Echegoyen”, continúa Corrales, que alude a la canterana del Náutico, cuarta en la cita tokiota. “Xente como ela e como todos os que traballaron a reo, competiron en Toquio e quedaron ás portas, teñen gañado todo o meu respecto. Coma deportista e amante do deporte, teño moita admiración polos que adican a súa vida a perseguir un soño”, expresa.

“Todos somos conscientes de esto”, interviene su tocayo Germade. “Es algo injusto porque la diferencia entre sacar una medalla y no sacarla es irrisoria”, destaca el palista, que vive este hecho a diario, con diferencias que se miden en centésimas de segundo. “Estás ahí, consigues buenos resultados, trabajas, luchas, pero al final si no tienes esa medalla es como que no vales tanto”, añade.  “Por eso me alegré tanto por Teresa”, continúa. “Lleva luchando por ello 20 años y al final se hizo justicia. Tenía que pasar y pasó. Y ahí está el ejemplo de lo que hablamos”, concluye Germade, que  se congratula de esa plata que sirve de “reconocimiento” a tanto esfuerzo.

Precisamente Portela relativiza desde su experiencia. “En la carrera de todo deportista se pierde más que se gana”, dice. “Pero alguien que ha invertido ilusión y tiempo en un objetivo que al final no se cumple, no quiere decir que sea un fracaso”, comenta antes de mostrarse rotunda: “Esa palabra no está en mi vocabulario”.

“Esos malos resultados  me han traído hasta hoy. He aprendido de ellos, he mejorado”, sostiene Portela. “No hay que valorar solo las medallas, sino todo lo que hay detrás. Me gustaría mostrárselo a todo el mundo. Sobre todo a los niños”, concluye Portela, apoyada por una reflexión final de Corrales: “Si, seguramente abusamos da medallitis”.

Te puede interesar
Más en Tokio 2020