NATACIÓN

La felicidad del finalista

Chano Rodríguez posa con la bandera de Vigo en Tokio.
photo_camera Chano Rodríguez posa con la bandera de Vigo en Tokio.
Sebastián Rodríguez ‘Chano’ obtuvo la octava posición y, por lo tanto, el diploma paralímpico en los 200 metros estilo libre con la mejor marca de los dos últimos años

Se habla de medallas, de conquistas, de títulos. Son unos Juegos Paralímpicos y el éxito está en subir al cajón. No obstante, la valoración personal requiere otros factores y ambiciones. Probablemente, para Sebastián Rodríguez ‘Chano’, la octava posición obtenida ayer en los 200 metros libre de Tokio posee más valor que algunas de las preseas conseguidas en el pasado en anteriores citas paralímpicas. 

En los actuales Juegos, el vigués de adopción vive una situación diferente a sus 64 años. No aspira a metales y, de hecho, el billete para estar en tierras japonesas lo consiguió en la última prueba que disputó. Su día a día pasa por pelear contra jóvenes, contra el cambio de categoría y contra la edad para, como ayer, superar todas las adversidades y alcanzar el objetivo marcado, que era estar en la final. Llevarse un diploma.

Lo obtuvo con una serie de gran nivel en la que estableció un tiempo de 2:53.65. El necesario para estar en la lucha por las medallas aunque su presea particular estaba obtenida. Después, en la cita definitiva del día, Chano Rodríguez se esforzó al límite, incluso por encima de sus posibilidades para firmar un registro de 2:52.12. El mejor de los dos últimos años.  Lo que indica el trabajo realizado por el nadador vigués para preparar la presente cita paralímpica de Tokio. Al borde de los que sería la edad de jubilación, el olívico tiene capacidad para superar sus registros. 

Eso sí, por delante, las medallas quedaron lejos. Tanto como podría esperarse. Toni Ponce, que llegaba con clara vitola de candidato a tocar metal, finalizó en la segunda posición. El catalán llegaba como actual subcampeón del mundo y de Europa y como el segundo mejor del ránking del año, y mantuvo ese estatus pese a que fue en las series el más rápido con 2:33.73. Una final con legado, presente y futuro, ya que estuvo acompañado por el joven Luis Huerta y por el veterano Sebastián Rodríguez. El primero, en su debut paralímpico, peleó hasta los 50 metros finales por el bronce, pero pagó su esfuerzo y terminó siendo superado por un mito como Daniel Dias, mientras que el vigués fue octavo. El título correspondió al italiano Francesco Bocciardo (2:26.76).

Un registro que se quedó a tres segundos del récord del mundo, pero poco importó a Chano Rodríguez. Lejos, en su octava posición, vivió la felicidad del trabajo bien hecho. Una plaza de finalista cargada de satisfacción. Lo necesario para una buena alegría.

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