Moto GP

Un vigués en el corazón de Moto GP

David Castañeda ejerce de mecánico en el equipo Gresini del Campeonato del Mundo.
photo_camera David Castañeda ejerce de mecánico en el equipo Gresini del Campeonato del Mundo.
El vigués David Castañeda Trigo trabaja de mecánico en Gresini y llevará a Marc Márquez

Cuando abría la puerta del garaje para encender la moto, había sesenta fotógrafos allí", expresa el vigués David Castañeda, que terminó esta semana la temporada en Moto GP y lo hizo con los primeros ensayos de Marc Márquez en la montura de Ducati del equipo Gresini, que tiene al vigués como uno de sus mecánicos. Compartir equipo con el octacampeón del Mundo será el reto en 2024. Tendrá “más presión mediática”, pero el olívico resume que “a nivel personal, siempre tienes presión con cualquier piloto porque quieres hacerlo bien y quedar lo mejor posible. Esto es competición”, resume. 

El camino para llegar a mecánico en uno de los equipos punteros del Mundial esboza un sendero lleno de curvas desde Vigo hasta los circuitos de todo el mundo. Y, en él, no faltan casualidades y giros del destino. Todo comenzó “como becario, como casi todos”, admite Castañeda. Era el año 2012 cuando sufrió un accidente de moto en Vigo y “como iba a tener tiempo libre con la baja busqué un curso de mecánico. Vi que había dos buenos en Barcelona y me apunté”, relata. A partir de ahí, comenzó la evolución y el primer giro del destino.

“Era un curso con muchas prácticas y empecé en un taller, pero pronto le dije a los profesores si me podían buscar otra cosa porque cambiar aceite de las scooters no era lo que buscaba”, argumenta desde Barcelona. Él, ya en Vigo, era aficionado al motociclismo y “veía vídeos de Youtube para tocar en la moto y preparar algunas cosas. Siempre fui bastante inquieto y manitas", añade. 

Así, llegó la oportunidad porque uno de los equipos que participaban en el Campeonato de España de velocidad pidió dos becarios. Y los tenía del segundo curso, pero “uno dijo que no, porque tenía otra opción que consideró mejor”. La escuadra tuvo que ir a primero y allí estaba David Castañeda dispuesto a viajar por España como becario. Y entró en el equipo. 

Una vez en él, llegó el segundo giro del destino y que tiene que ver con la gastronomía. El dueño del equipo del Estatal “tenía un tema de catering y firmó un acuerdo con Estrella Galicia para hacer las pruebas del Mundial en España. Me ofreció hacerme cargo porque, al no tener sueldo en el equipo, podía ganar algo de dinero. Y me venía fenomenal al estar en Barcelona”. 

Castañeda conoció ahí el gran circo del Mundial de motociclismo en el que “hay un montón de gente trabajando en cosas diferentes. Es un gran circo", admite. Fueron dos años en los que conoció a los Márquez porque “Álex estaba en el equipo de Estrella”. 

Entre medias, la relación de becario con el equipo del Campeonato de España terminó y pasó a ser asalariado como mecánico. Un primer paso y el segundo todavía llegó por temas culinarios, ya que “mi jefe llegó ahora a un acuerdo con Michelín para hacer todas las careras del Mundial en Europa. Como le había resuelto bien con Estrella, me lo ofreció y acepté”. David Castañeda pasó a estar dentro del box en un equipo del Estatal y en el ‘paddock’ de Moto GP porque “el camión tenía el comedor abajo y las oficinas de Michelín arriba. Los viernes hacían cenas en las que venían los pilotos y, por el día, acudía gente diversa para buscar a los de Michelín porque cada equipo tenía asignado a un técnico”. Dos años de mucha actividad, en los que vio pasar a gran parte del Mundial, y también de hacer diversas gestiones. “Tenía un compañero que era el cocinero y, al ser Michelín, era bastante bueno. Yo hacía la compra y, después, atendía a la gente y, por la noche, hacía de camarero”, relata. Todo lo compaginaba con las tareas de mecánico y, “después de dos años, dije que era el momento de dejarlo, aunque me daba dinero, porque yo lo que quería era ser mecánico”. 

Llegó el momento de preguntar con todos los contactos hechos y “encontré al equipo Avintia de Moto GP, que buscaba gente. Conseguí entrar ahí y fue mi primera labor de mecánico como Moto GP. Aún estuve dos temporadas de mecánico ahí y en el de España, pero después ya me centré en el Mundial”, relata. Por ese momento ya era el año 2018. Pese a tener la experiencia previa en el Estatal, estuvo dos años con “los neumáticos y la gasolina, que es lo que hacen los que empiezan". Y llegado el 2020 apareció una oferta de Aprilia, pero “decidí quedarme en Avintia porque sabía que podía cambiar de faceta”. Así sucedió, se convirtió en mecánico de uno de sus dos pilotos y, cosas del destino, con una Ducati en sus manos, un factor que después sería clave con la llegada de Gresini. “Avintia cerraba el equipo de Moto GP, me ofrecieron seguir, pero yo quería estar en la máxima categoría. Me moví y esperé a Gresini porque sacó equipo y lo hizo con Ducati. Desde la marca recomendaron que ficharán a los mecánicos que ya conocían la moto. Así, nos llamaron a cuatro y a mí me asignaron a Fabio Di Giannantonio”, relata David Castañeda. 

En los dos últimos años vio el crecimiento de la formación y este curso llegaron las victorias. Primero, con Enea Bastianini y este curso llegó a la formación Álex Marquez. Mientras, Di Giannantonio “creció mucho estos dos años, pasó de rookie a ganar una carrera en el penúltimo gran premio", describe el mecánico vigués.

Un momento de verdadera felicidad, pero la mente ya está pensando en 2024, en un año especial porque el equipo será mediático con la llegada de Marc Márquez. No obstante, el vigués matiza que “el nivel de exigencia es siempre alto. El que es profesional la tiene siempre y yo siempre busco hacer mi trabajo lo mejor posible. Eso sí, ahora tendremos dos pilotos muy mediáticos". 

Más allá de la actualidad, la vida como mecánico en el Mundial de motociclismo es especial, porque “la gente me dice: qué bien que viajas y conoces sitios. Pero yo llego el martes al circuito y el miércoles ya tenemos que montar todo. Pasamos todo el día allí, sabes la hora que entras, pero no a la que sales. Si hay una caída o algo, todo se alarga”, reconoce. Así, un día en un Gran Premio puede ser maratoniano “y al terminar te vas a descansar para rendir al día siguiente”. 

Por ver una ventaja, “en el Mundial es cierto que, cuando estás en casa, apenas hay trabajo. Así, tenemos como unos tres meses libres al año, pero cuando estoy trabajando, en lugar de irme a dormir a mi casa, como cualquier otra persona, te vas a un hotel”, cuenta David Castañeda. De esta manera se forma una comunidad y “todo el mundo se saluda. Aunque no te vayas de copas con alguien, sí que la gente que está dentro del paddock mantiene una buena relación”, comenta el mecánico vigués.

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