Lo de Vitoria no fue un sueño, ni tan siquiera una pesadilla. Fue real. El Celta lo ha asumido, lo ha digerido y, con el poso de tranquilidad que da la derrota del Cádiz ayer en el Bernabéu, afronta hoy la complicada visita del Villarreal a Balaídos con la meta de volver a reencontrarse siendo valiente y de sumar tres puntos que pongan la permanencia a tiro de piedra.
El conjunto gaditano, que marca el descenso, sigue dando oportunidades tras hilar cuatro jornadas sin ganar. Pero convendría aprovecharlas ahora porque su calendario se relaja y el céltico se empina en el siguiente minitramo de este final de temporada. De hecho, la exigencia céltica ya es muy alta esta misma tarde porque el Villarreal de esta segunda vuelta es un equipo de corte europeo y quiere demostrarlo alcanzando la séptima plaza en esta fase decisiva. Se planta en Vigo con una sola derrota en sus últimos doce encuentros ligueros, lo que da idea de que el potencial que siempre ha tenido su plantilla ha encontrado buen acomodo en las ideas de su técnico, Marcelino García Toral.
El problema es que no es momento para escoger rival. El vestuario celeste, asegura su entrenador, Claudio Giráldez, está convencido de que puede vencer al bloque castellonense yendo de cara. Apostando de nuevo por la posesión y por jugar en campo rival, aunque sepa del peligro de un rival que tanto sabe manejar el esférico como los espacios cuando no lo tiene.
Esa promesa de vocación ofensiva se notará en el once inicial, secreto que de nuevo guarda el técnico bajo llave. Se esperan futbolistas con pie para tener el balón a diferentes alturas y se confía en que la jornada ausente por sanción devuelva la mejor versión de Jorgen Strand Larsen en punta. El regreso del noruego es la principal novedad, dado que sigue fuera por lesión Renato Tapia. El peruano necesita de más sesiones de entrenamiento al cien por cien para no arriesgar con una recaída.
A la espera de la sorpresa habitual de Giráldez, lo único seguro es que habrá cambios. No en portería, donde Vicente Guaita es inamovible. Ni tampoco en el carril izquierdo, con Hugo Álvarez. Pero sí a partir de ahí. Como el paso de Jailson Marques a la línea de tres centrales junto a Carlos Domínguez y Óscar Mingueza. O la presencia de Javier Manquillo en el carril derecho. O el retorno de Hugo Sotelo para emparejarse con Fran Beltrán. O la titularidad de Luca de la Torre para dibujar combinaciones con Iago Aspas y el mentado Larsen.
El Villarreal, por su parte, tiene la sensible baja de Gerard Moreno, pero presenta un bloque de impresión. Del que forma parte el centrocampista vigués Santi Comesaña, quien ha perdido en sus dos visitas previas a Balaídos, pero con el Rayo Vallecano.
