El Celta afronta el reto de ganar al Villarreal, que lleva una derrota en sus últimos trece encuentros ligueros y que sólo ha sufrido una en sus 12 visitas más recientes a Balaídos
Balaídos es sinónimo de puntos para el Villarreal, rival celeste este domingo, de forma prácticamente continuada desde hace 18 años. El conjunto castellonense sólo ha perdido una de sus últimas 12 visitas a Vigo, saldando el resto con cinco victorias y seis empates. Eso sí, ese único tropiezo compensa en gran parte el resto de resultados, ya que fue el recordado 3-2 de la campaña 18/19 con el que Iago Aspas comenzó la misión de salvar al equipo del descenso con dos goles.
El problema para el equipo vigués, con todo, se agrava. Porque no sólo el pasado se le pone en contra a la hora de superar a su próximo contrincante, sino que también el presente, lo que es peor. El Villarreal aterriza en Vigo en un excepcional momento de rendimiento, con sólo una derrota en las trece jornadas más recientes, la sufrida en casa ante el Atlético de Madrid (1-2) hace cuatro partidos. Pero a ese borrón lo rodean 7 victorias y 5 empates que permiten a los levantinos estar en la pelea por meterse en Europa a través de la séptima plaza.
Marcelino García Toral es el tercer entrenador que ha tenido el Villarreal esta temporada, tras Quique Setién y José Rojo ‘Pacheta’. Cogió al equipo en la jornada 14 y le llevó 7 alcanzar el punto de rendimiento en el que está ahora. En ese intervalo, eso sí, logró dos triunfos: el de su debut ante Osasuna y, precisamente, el logrado en el estadio de La Cerámica ante el Celta. Un duelo aquel en el que los locales se pusieron 3-0 por delante pero que el conjunto celeste peleó hasta el final tras dos tantos seguidos de Larsen y Douvikas al iniciarse la segunda parte.
