Crónica negra: tres crímenes sacudieron Vigo y su área

La crónica negra de 2025 dejó tres víctimas mortales en Vigo y su área. José Augusto, Teresa y Roberto murieron de forma violenta, ellos acuchillados y ella, golpeada con un hacha en la cabeza en la vivienda en la que trabajaba como empleada del Servizo de Axuda no Fogar.

El 1 de febrero, José Augusto, ‘Minino', de 43 años, recibió varias puñaladas en un ataque ocurrido de madrugada en plena calle Xeneral Rubín de Redondela y en el que su pareja, Esther, de 42, resultó herida grave. El presunto autor de los hechos, un vecino de toda la vida, marinero como él, huyó tras los hechos, pero fue detenido poco después por la Policía Nacional. Se trata de Roberto C.G., de 48 años quien mantenía con la víctima viejas rencillas incluso acusaciones de robo de aparejos. Fue enviado a prisión provisional por el juzgado.

El crimen de Teresa de Jesús, de 48 años, en el mes de julio fue una muerte anunciada. Esta mujer, trabajadora del Servizo de Axuda no Fogar de Porriño había notificado esa misma mañana a la empresa una situación de acoso sexual sufrida el día anterior en la vivienda. Tenía miedo, pero aun así tuvo que acudir a su puesto de trabajo, una vivienda en Atios, donde cuidaba a la mujer del presunto asesino, Enrique de 70 años, quien supuestamente golpeó hasta la muerte con un hacha a la trabajadora.

Esta muerte violenta destapó las condiciones laborales de inseguridad de las trabajadoras del SAF, lo que llevó a una movilización sin precedentes de las empleadas de este servicio en todo el área cuestionando la gestión del mismo por parte de la Xunta y los concellos y el funcionamiento de los protocolos de acoso. Pero además, volvió a poner sobre la mesa las carencias del sistema sanitario en atención psiquiátrica. El detenido fue derivado al Cunqueiro, donde estuvo ingresado en Psiquiatría y, una vez, fue dado de alta, el juzgado decretó su ingreso en prisión provisional pero en un módulo terapéutico. Aunque no tenía diagnosticada ninguna enfermedad mental, días antes del crimen había estado en el hospital por problemas de salud mental, aunque regresó a casa.

En Vigo, la tragedia golpeó a los más vulnerables. Roberto, de 56 años, perdía la vida en noviembre, acuchillado en la chabola que compartía con Silvia, de 36, en la vieja estación de autobuses. La Policía encontró a la joven junto al cadáver, en la cama. La pareja residía junta desde hacía un tiempo y una supuesta discusión acabó de la peor manera posible. Ambas eran personas que sufrían la situación de desprotección por falta de un hogar. Formaban parte de un grupo de unas quince personas que se instaló hace más de un año en las instalaciones de lo que había sido la estació de autobuses. Entre cartones y maderas, habían levantado un lugar donde poder pernoctar. Tras ser valorada por los forenses, Silvia pasó a disposición judicial y se acogió a su derecho a no declarar y fue enviada a prisión provisional.

Solo unos días después, en otro de los enclaves utilizados por personas sin hogar para resguardarse del frío, moría un hombre. Una caída desde la planta superior en el interior de la antigua nave de Pescanova en Jacinto Benavente acababa con su vida. La Policía, tras inspeccionar el lugar e interrogar a testigos, concluyó que pudo tratarse de un accidente fortuito en un lugar no apto para estar en él.

Herida grave en Castrelos al ser apuñalada por su ex

Una mujer de 66 años pudo sobrevivir al brutal ataque a manos presuntamente de su expareja, de 57, quien se presentó en la finca de la víctima con dos cuchillos. Ella recibió varias puñaladas en cabeza, pecho y costado y fue abandonada malherida en el Camiño Eixón, en un asentamiento de chabolas cercano a Clara Campoamor. El episodio de violencia de género ocurría en el mes de junio y en él fue clave la intervención de una patrulla de la Policía Nacional. Mientras uno de los agentes asistía a la mujer, el otro iba en búsqueda del agresor, que le abordó armado y le acuchilló varias veces en el pecho, sin conseguir herirle gracias al chaleco, pudiendo finalmente proceder al arresto del hombre, con antecedentes. El juzgado de Violencia sobre la Mujer decretó su ingreso en prisión.