Más de 220 cámaras controlan de forma permanente la circulación en Vigo
Tráfico
La sala de tráfico del Concello trabaja 365 días al año con ocho operadores desde primera hora hasta la noche
Más de 220 cámaras controlan de forma permanente el tráfico de Vigo desde la sala municipal situada en la planta baja del Concello, en Praza do Rei. Desde allí, técnicos especializados supervisan a diario la circulación en tiempo real gracias a un gran ‘videowall’, una pared cubierta de pantallas que fue ampliada en el último año y que permite tener una visión continua del estado de las principales vías de la ciudad.
El sistema está formado por 141 cámaras de tráfico. De ellas, 57 están repartidas por calles y avenidas, mientras que el resto se concentran en túneles como los de Beiramar, Areal, Fomento y Travesía de Vigo, así como en los ejes de Lepanto, Bouzas y Valladares. A esta red se suman otras 86 cámaras lectoras de matrículas, 12 de ellas también ubicadas en túneles, y el resto preparadas para el control de las futuras Zonas de Bajas Emisiones.
La sala de tráfico está operativa los 365 días del año entre las 7 y las 23 horas. En ese horario trabajan ocho operadores que gestionan incidencias, supervisan semáforos y coordinan respuestas en caso de accidentes, retenciones o cortes de vía. Además, la ciudad cuenta con distintos planes de tráfico que se activan en función de la hora y del día, de modo que la señalización se adapta a los picos de circulación. La vigilancia constante permite realizar cambios puntuales cuando se detectan problemas concretos en una zona.
Una de las principales novedades desarrolladas en los últimos años es el sistema de prioridad semafórica para vehículos de emergencia. La coordinadora del servicio, Adriana Saiáns, explica que “en los principales corredores de la ciudad que conectan servicios de urgencia, como bomberos y policía, los semáforos se van poniendo en verde al paso de los vehículos de emergencia”.
José Manuel Martínez, técnico del servicio, detalla que estos corredores “vertebran la ciudad” y conectan puntos clave como Castelao, Praza América, Gran Vía, Urzaiz, Praza de España, Avenida de Madrid, Florida, Castrelos, Genaro de la Fuente, Travesía de Vigo, Buenos Aires o Sanjurjo Badía, entre otros. “La idea es que, ante cualquier emergencia, utilicen estas vías porque van a tener prioridad y van a llegar más rápido”, señala.
El sistema es automático y no requiere ninguna acción adicional por parte de los conductores de los servicios de emergencia. “No tienen un mando ni un equipamiento adicional. Cuando encienden las señales de emergencia, el sistema solicita la prioridad a los semáforos”, explica Martínez. Según ambos responsables, el despliegue de este sistema en Vigo es uno de los más completos del país. “En otras ciudades se han hecho pruebas, pero implantado como está aquí no conocemos otro caso”, afirma Saiáns.
La sala de tráfico no solo mide la circulación de coches y motos, sino también de bicicletas y otros vehículos de movilidad personal que hagan uso del carril bici de la ciudad. Otra de las mejoras implantadas por el Concello en los últimos años es la incorporación de paneles informativos en el carril bici, que muestran a los usuarios los datos recogidos sobre el número de ciclistas, la comparativa con el tráfico rodado y la velocidad media.
Las medidas en la Avenida de Madrid “están funcionando”
Entre los puntos clave para el tráfico en Vigo está la Avenida de Madrid, especialmente al convivir con las obras de reforma. Antonio Vivero, jefe del área de Seguridad del Concello, explica que la circulación está sujeta a ajustes continuos debido a incidencias propias de cualquier ejecución de obra, aunque asegura que las últimas medidas adoptadas “están funcionando muy bien”.
Detalla que uno de los principales problemas se localizaba en el acceso lateral, en el carril exterior, que fue corregido permitiendo normalizar tanto la velocidad como la intensidad del tráfico. Reconoce que la presencia de maquinaria y los trabajos ralentizan la circulación, pero subraya que se mantienen todos los movimientos posibles. Añade que la nueva rotonda, tras una fase inicial de adaptación, ya funciona mejor y considera que este diseño facilita la transición entre una vía interurbana y una urbana.
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