Yolanda

Publicado: 19 dic 2025 - 02:45

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Opinión. | Atlántico

Yolanda Díaz es una mujer que apunta serios problemas a la hora de expresarse, lo que con frecuencia conduce a callejones sin salida de cuyas laberínticas alternativas se nutren las redes sociales cada dos por tres. Los sufridos periodistas que desempeñan la información política han de hacer esfuerzos inhumanos para tratar de descodificar lo que esta señora quiere decir en sus comparecencias, y los administrados se inspiran habitualmente en conjeturas para entenderla. Y si no lo consiguen da igual. Como la vicepresidenta gallega suele practicar habitualmente el sistema de prueba error, si lo que dice no acaba de producir resultados convincentes, lo cambia sobre la marcha por una solución aún más incomprensible y vuelta a empezar.

Pero en esta ocasión, lo que escucharon todos los oídos no tenía grandes complicaciones y no podía ser confundido con otra cosa. Yolanda Díaz afirmó tajantemente, y no una vez sino dos o tres en diferentes plataformas, que teniendo en cuenta la gravedad del momento y un panorama extremadamente conturbado, el PSOE tenía la obligación de afrontar la renovación del Gobierno. Exigió “un cambio profundo” en la composición del equipo ministerial el pasado viernes, y urgió al presidente a plantearlo. “Así –concluyó la vicepresidenta- no aguantamos”.

Luego hemos sabido que Yolanda Díaz se expresó muy libremente sin haber consensuado previamente el órdago con la dirección de su partido, planteando una situación extrema que ha puesto en evidencia ciertas debilidades y la posibilidad de que ya no sea ella la que manda en la formación. El presidente Sánchez, que siguiendo el patrón acostumbrado, se ha fugado a Bruselas para no estar en su país cuando se desatan tormentas, y que ha aprovechado esa distancia para largar y culpar como siempre a la la derecha mediática de todos sus males, ha resuelto el contencioso prometiendo una reunión para aclarar posturas de nivel medio bajo. Recoser costuras. Y si a Yolanda se le fue la mano en su presión, el partido lo ha templado. Todo menos renunciar a los privilegios de estar en el poder.

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