Un minuto ejemplar

Publicado: 27 sep 2025 - 02:30

En política las palabras, y los gestos, lo son casi todo. Incluso cuando al día siguiente se desdicen de aquellas o modifican estos. Todo importa. Y por eso, el minuto de silencio que este pasado miércoles dedicó el pleno del parlamento de Galicia en solidaridad con las víctimas inocentes de Gaza, honra a la institución por expresar el sentir general de la sociedad gallega. Se trataba de una iniciativa del grupo socialista, mitad acto de justicia y mitad moción trampa hacia la mayoría de gobierno. No anduvo muy ágil de reflejos el presidente de la cámara, mareando innecesariamente la perdiz, pero al fin se impuso el sentimiento aplastante de la calle: la deshumanizada y a todas luces desproporcionada agresión militar israelí en la franja de Gaza no tiene justificación posible.

La mayoría unánime que respaldó la moción permitió a Alfonso Rueda exhibir cintura política y desmarcarse de las infladas posiciones proisraelíes de, por ejemplo, la presidenta de la comunidad de Madrid. No es momento para exhibir la ritual kipá, el distintivo casquete con el que los judíos muestran su respeto a Dios, ahora que este parece ciego, sordo y mudo ante los lamentos que se elevan de su tierra sagrada palestina. Recogió Rueda el guante lanzado por los socialistas, como decimos, y en ese instante y más aún cuando recordó la acción terrorista de Hamás el 7 de octubre de 2023, preámbulo inmediato de este salto cualitativo en la barbarie, dio una lección de responsabilidad y saber estar. Sin ir más lejos, a la altura del notable discurso de Felipe VI en la ONU ese mismo día.

Con estos gestos y estas palabras se construye un perfil político y se promueve una ética pública. El parlamento de Galicia supo ser el lugar donde confluyen las inquietudes, los malestares y las esperanzas de los gallegos para construir un país mejor, más decente. Demasiado acostumbrados por la oposición nacionalista a convertir las calles de Galicia en manifestódromos permanentes alrededor de una desaforada dramatización de casi cualquier aspecto del vivir cotidiano, la cívica y unánime respuesta del parlamento reconduce el debate político a su espacio natural en democracia y supone un bálsamo de ejemplaridad.

El gesto de Rueda, ante la moción socialista que apoyó, como en las palabras que oralmente añadió, le honra como le honró, en su día, el apoyo al uso de las lenguas cooficiales en la Conferencia de Presidentes de las comunidades y el gobierno central. Frente a la reiterada acusación de plegarse a la agenda política de la calle Génova, el presidente de la Xunta exhibe personalidad propia. ¡Qué lejos todo esto de la crispación y el sectarismo que se ha adueñado de la política española!

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