Opinión

Mejor no explicarlo

Hay cosas que casi es mejor no explicar porque o se cuentan mal o directamente se miente. Pongamos todo lo que ha pasado con la A-55 Vigo-Porriño, un engendro nacido del desdoblamiento de una mala carretera nacional, sinuosa, llena de curvas y pendientes, que dejó como resultado una autovía que solo lo es en su nombre. La A-55 supone un peligro permanente y más durante estos meses, y su sustitución (la reforma resulta imposible) tendría que ser un asunto urgente, quizá el que más. Incluso dejar de lado el AVE por Cerdedo, que nunca se va a hacer, para concentrar todos los esfuerzos en que se construya una autovía de verdad entre Vigo y Mos, en túnel. No dentro de diez años o más, sino de inmediato, con presupuesto y plazos. Todo lo que no sea eso será un placebo servido por el Gobierno actual y el que llega, el mismo pero cargado de hipotecas políticas y económicas. Lo más probable, en cambio, será que nos cuenten otro cuento en forma de partidas presupuestarias, proyectos a largo plazo y estudios que se demoran durante años.

Lo mismo con la salida sur, que ayer defendió para 2030 el comisionado del corredor atlántico. Puedo asegurar que no va a ser así en ningún caso y la UE ya fijó 2040, así que nos va a coger a todos muy mayores para ir a Oporto y Lisboa en tren rápido. ¿Por qué? Porque la prioridad es el corredor mediterráneo, que va hasta Cataluña y Francia. El comisionado señala a Portugal como causa de posibles retrasos, cuando es el país vecino el que insiste en construir cuanto antes la conexión.

Hay cosas, en definitiva, que es mejor no querer explicar. Como la amnistía, que aprobará Pedro Sánchez por el único motivo real de mantenerse al frente del Gobierno, aunque sea desdiciéndose de todo lo que reiteradamente había asegurado durante años y dejando el Estado en manos de un imputado. La concordia y el reencuentro es chatarra.

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