Opinión

Con un pacto de Estado PP-PSOE ganaría España

Desde que en España rige la Constitución de 1978, no ha gobernado nunca un partido que no ganara las elecciones; y con los datos oficiales en la mano, las elecciones las ganó el PP liderado por Feijóo (137) y las perdió Sánchez (121), que fue el que convocó las elecciones, y quiere mantenerse en la Moncloa a toda costa, aunque ello suponga pactar con aquellos que no solo no defienden la unidad de España, sino que quieren romper España, y para ello tendrá que plegarse a toda clase de prebendas de todos aquellos que con su voto le puedan hacer presidente, aunque ello suponga poner en riesgo la unidad de España, más concesiones al País Vasco y a Cataluña, lo que conlleva agravios comparativos con otras CCAA, además de incrementar la deuda pública de este país, etc.

Tenía la esperanza que tras el 23J los gobernantes fueran capaces de abrir un tiempo nuevo desde la concordia y la unidad de acción política, con una España más fuerte y mejor posicionada en el concierto internacional, mediante un gran pacto de Estado PP-PSOE, con una gran mayoría que diese estabilidad al Estado (incluso podría presidir el gobierno, dos años cada uno, ganaría España, Europa y la democracia), como ocurría en Alemania con la Gran Coalición (cuatro) de la Unión Demócrata Cristiana (UDC) que lideró Merkel durante 21 años y el Partido Socialdemócrata (SPD), tras alcanzar un acuerdo de gobierno Ángela Merkel (canciller durante 16 años) y Martin Schulz. A su vez, Felipe González, defendió los pactos de centralidad y que gobierne la lista más votada sin pedir nada a cambio, para fortalecer la democracia y el destino de un país cuando no haya otra opción mejor; pero lamentablemente en España las negociaciones no van encaminadas en ese sentido, debido a que la mayoría de los políticos actuales anteponen por encima de todo sus egos e intereses de partido, mientras que el sentido de Estado brilla por su ausencia.

Con este nuevo escenario, el 17 de agosto se constituirá un Parlamento muy dividido y fragmentado, donde va a ser inviable llegar a acuerdos en asuntos de estado, en los que es imprescindible el consenso, y está por ver en quien recaerá la presidencia del tercer cargo más importante del Estado. Feijóo tiene muy complicado alcanzar los 176 votos debido al rechazo del PNV, mientras que Sánchez podría repetir un nuevo gobierno Frankenstein, con el apoyo de partidos muy dispares con intereses contrapuestos, con lo cual la gobernabilidad de España sería un bloqueo permanente; si bien para ser investido presidente, necesita del apoyo de JUNTS/7, lo que conlleva estar a merced de las exigencias de Puigdemont, que pasan por un referéndum en Cataluña, indulto a su persona, solución para los tres mil encausados por el ´procés´, más financiación para Cataluña, etc., un precio inaceptable que un país con una democracia consolidada no se lo puede permitir. 

Sánchez, no es Felipe González, no va a respetar que gobierne la lista más votada, ni le interesa un pacto de Estado PP-PSOE, lo único que le interesa es mantenerse en la Moncloa a cualquier precio, y eso más pronto que tarde le va a pasar factura, se va a ver abocado a convocar nuevas elecciones, y llegado ese momento, los españoles deberán reflexionar y apelar al voto útil, como si se tratase de una segunda vuelta (como ocurre en las elecciones presidenciales de Francia, que tiene otro modelo) y optar por uno de los dos candidatos actuales con posibilidades de gobernar: Feijóo o Sánchez, el que les ofrezca más confianza y garantía para trabajar por el futuro de España y de los españoles.

(*): Científico, académico, escritor y humanista.
 

Te puede interesar