Fernando Ramos
La manipulación política de la denuncia contra Suárez
Los Reyes Magos se han portado tan bien conmigo este año que estoy comenzando a sospechar que algo debe haber oculto tras la personalidad de este trío de sujetos tan generosos porque en el mundo en el que habitamos actos continuados de esplendidez como estos son tan poco frecuentes que uno ha de plantearse forzosamente que el asunto tiene truco. Por el momento, y haciendo gala de cierto grado de egoísmo completamente reñido con mis supuestas bondades, me he callado mis dudas razonables a la vista de una armónica cromática, una biografía recién editada de George Harrison, una camisa, unos pantalones y unos zapatos deportivos que me han dejado muy contento. Son argumentos irrefutables para obrar con prudencia no sea que pregunte más de la cuenta y me quede sin ellos.
En todo caso, y ante una visita de estos tres personajes tan amable y de carácter tan fructífero, también cabe preguntarse si habrá que contar con los Reyes de Oriente para que nos procuren un ámbito menos espeso en el discurso político y que los responsables de su administración, en lugar de andar todo el santo día tirándose de los pelos, se pongan a lo que deben y resuelvan problemas de primera línea que ni siquiera los Magos que vienen del Oriente pueden aspirar a enderezar porque de ello deberían ocuparse los ministros de cada disciplina y tirar de sectores que se han quedado detenidos en el tiempo y que no son capaces de calmar las naturales aspiraciones de los administrados, especialmente las de los más jóvenes de su especie. Por ejemplo, la necesidad de una vivienda digna que es lo que dice la Constitución aunque al menos en estos momentos que sirven para inaugurar el año nuevo ese punto no se adivine por ningún lado.
Este año, como todos los años, la llegada de los Reyes Magos coincide con el acceso de otro monarca, en este caso Felipe VI, a los salones regios del Palacio de Oriente para asistir a la Pascua Militar, una de las citas importantes con la que suele inaugurarse el curso y de la que trascienden habitualmente signos y comportamientos que matizan para quien quiera leer entre líneas, algunas de las tendencia que van a mandar en el nuevo periodo que comienza. Todo va de reyes. Hasta el mus que voy a jugar esta tarde.
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