Luchadora incansable, Rosa lleva junto a su familia 19 años buscando justicia para su hermana Déborah, hallada muerta en una cuneta en O Rosal. Conseguir que este crimen no quede impune se ha convertido en prioridad en su vida. A falta de cuatro meses para que prescriba la causa, admite haber perdido la ilusión tras descubrir que la “Justicia no funciona”. Aun así, no tira la toalla y aconseja a quienes están en su situación que no se den por vencidos. Ella lo tiene claro, si el juzgado no le da solución, no dudará en hacer pública la causa para que “la sociedad viguesa sepa la realidad de lo que hemos vivido y saque sus propias conclusiones”.
19 años pidiendo justicia son muchos años, ¿cómo lo sobrellevan usted y su familia, creen que algún día lo conseguirán?
Hasta ahora siempre hubo ilusión, pero viendo cómo funciona todo y la realidad, cada vez tenemos menos ilusión porque nos damos cuenta de que la Justicia es superlimitada y más en casos como el de mi hermana con lo cual indiscutiblemente vamos a seguir peleando pero nuestra efusividad ha bajado considerablemente porque no creemos en la Justicia.
Frente a ese descenso de efusividad, la sociedad responde y toma impulso, con un apoyo cada vez mayor, llegando a organizar una concentración recientemente, ¿se esperaban tanto respaldo?
Lo cierto es que el respaldo lo tenemos desde el día uno, de hecho el calor de la sociedad ha sido la gasolina que ha alimentado nuestro motor en estos años. La verdad, gratamente sorprendida que más gente no solo se haya puesto en nuestro pellejo sino que haya querido pelear en primera persona para que se haga justicia con Déborah, desde luego para mí es un orgullo y como viguesa sentir que no estoy sola y que somos muchos pidiendo justicia para Déborah.
Desde que se reabrió la causa se han conseguido diligencias que hasta ahora en Vigo nunca se habían practicado como la exhumación del cadáver de su hermana o un cribado masivo pero quedan solo cuatro meses para poder obtener resultados. ¿Es la lentitud judicial lo que les genera más frustración?
Sin duda. La verdad es que ver que todos los procesos tardan tantísimo tiempo me hacen darme cuenta de que la Justicia ha estado demasiado tiempo paralizada. Desde 2010 hasta el 2019 que conseguimos la reapertura, no ha hecho nada. Creo que la Justicia está en deuda con mi familia en tratar de agilizar esos plazos porque el tiempo se agota. Otra cosa lamentable es que un delito de sangre tenga fecha de caducidad. Para mí un asesino va a seguir siendo siempre un asesino hoy, mañana y dentro de treinta años, una persona que ha acabado con la libertad de otra no se merece estar en la calle por mucho tiempo que pase.
En otros países los delitos de sangre no prescriben, ¿puede ser el caso Déborah un punto de partida para pedir un cambio en este sentido?
Yo creo que esa será mi segunda batalla. Desde luego creo que no me voy a quedar aquí. Ahora pido justicia para mi familia para poder cerrar este episodio, pero yo creo que como sociedad creo que deberíamos pelear por que esto cambiase. Yo entiendo que haya determinados delitos que tengan un plazo de prescripción, pero los delitos de sangre no deberían prescribir nunca. Estoy de acuerdo con otros países en que pase el tiempo que pase esto no debería tener fecha de caducidad.
En la investigación hay un punto de inflexión, el informe policial del último grupo de homicidios que retoma el caso y que en su conclusión coincide en señalar a un sospechoso y pedir que lo citen como investigado ¿cuál es su reacción frente a la negativa del juzgado?
La realidad es que hay dos informes previos, uno de 2006 y otro de 2010, con el que me quedo perpleja pues pese a ser maravilloso la causa se archiva solo unos días después de presentarse. Lo hizo Luis Muñoz, para nosotros el ángel de la causa, le dio forma a todo lo que había pasado, frente al primero que fue vergonzoso, con la mitad de diligencias incorrectas y donde no se intenta ahondar en lo ocurrido. El de 2010 es sin embargo impecable, por un lado intenta buscar un culpable y por otro exculpar a posibles sospechosos y habla de tres hipótesis. Ahora con el último informe de 2019, ya no entiendo nada, porque esa sombra que dejaron durante años en la familia empieza a tomar forma. El equipo del grupo de homicidios de la brigada central hizo un gran trabajo con las pistas que la familia consiguió obtener para la reapertura y nuestra sorpresa llegó con su conclusión en la que habla de que hay una persona responsable de la desaparición y muerte de mi hermana por múltiples indicios, pero la jueza sigue sin llamarlo. Nosotros no pedimos que lo metan en la cárcel, solo que pase a declarar y que solucione las dudas que quedan, porque nos sentimos en un limbo judicial. Está claro que en este país o te cogen con las manos en la masa, en este caso asfixiando a mi hermana o no vamos a encontrar justicia.
Su lucha supone un esfuerzo físico, psicológico y económico también ¿hasta dónde puede llegar una familia?
Viendo cómo responde la Justicia te dan ganas de meterte en casa y centrarte en otra cosa, pero tengo impotencia y como hermana me veo en la obligación de luchar por una sociedad más justa así me cueste la vida psicológica, física y económica. Al final, lo material es lo material y lo que quiero es morir con la conciencia tranquila de que he puesto todo a disposición de saber la verdad. Seal cual sea. Nosotros buscamos la verdad. La realidad es que estamos muy cansados esperando que la Justicia se pronuncie y nos vemos en la obligación de hacer público lo que hemos vivido porque esta situación es intolerable.
¿Cree que el juzgado tiene las herramientas para resarcirles de las negligencias del pasado?
Debería tenerlas. Hemos tenido entrevistas con los jefes fiscales de Pontevedra. Nos decían que el problema del caso de mi hermana es que la autopsia dejaba dos hipótesis abiertas. Nos gastamos una fortuna en contratar al mejor forense de España para saber lo que había pasado y descubrimos que durante 18 años, la Policía nos engañó. Nos dijo que mi hermana no había sufrido, que no se había defendido, que no tenía signos de agresividad. El informe nos dice que tiene signos de defensa y que queda totalmente patente que fue asfixiada con un objeto blando. Lo que no podemos entender es como el juzgado teniendo un informe en 2002 no aplicó por defecto las nuevas tecnologías. No entiendo cómo la Justicia no pone todos los medios para intentar saber la verdad.
Por desgracia, el caso de su hermana no es el único. Hay muchas familias en su misma situación.
Galicia es un punto negro. Cuando pasó lo de mi hermana mis padres lucharon durante años para que hubiera un equipo de homicidios en Galicia. Hay un montón de casos donde no se ha conseguido saber la verdad. Yo hasta hace 17 años no era capaz ni de decir el nombre de mi hermana. Mi consejo es que no se den por vencidos porque la Justicia no es un derecho, sino que solo está para quien la busca y la persigue.
Quedan aún pruebas claves pendientes, ¿ha pensado qué pasará a partir de mayo, cuando prescriba, si no se ha podido resolver?
Lo primero que haré será tomar las riendas de mi vida porque llevo años hipotecándola, pero no me voy a quedar tranquila hasta que la sociedad sepa la realidad de lo que hemos vivido. Si la Justicia no me da solución, no dudaré en hacer pública toda la causa y que cada cual saque sus propias conclusiones y si no evita que este personaje esté cerca de otras posibles víctimas yo, como sociedad, intentará que no se acerquen a él por miedo.
