Dos de los cuatro satélites de la Uvigo aún siguen en órbita

Miembros de la Agrupación Espacial de la UVigo manipulando el Humsat-D en 2013.
photo_camera Miembros de la Agrupación Espacial de la UVigo manipulando el Humsat-D en 2013.
El Humsat-D lleva en el espacio desde su lanzamiento en 2013 y el Lume-1, desde 2018, y ambos continúan operativos, aunque el primero dejó de dar señales durante siete años

Hasta el momento, y desde 2012, la Universidad de Vigo ha lanzado con éxito cuatro satélites a la órbita terrestre: XATcobeo, Humsat-D, Serpens y Lume-1. Para sorpresa de muchos, a día de hoy todavía siguen en órbita –y operativos– dos: el Humsat-D, que lleva ya más de nueve años orbitando la Tierra, y el Lume-1, que se acerca ya a los cinco. 

El cohete ruso Dniper lanzó el Humsat-D al espacio en noviembre de 2013 y pocos meses después, durante un pase de comunicaciones, dejó de responder a los comandos. Con lo que no contaban en la UVigo era que en febrero de este mismo año un radioaficionado captaría una señal que luego la agrupación UVigo SpaceLab identificó, sin lugar a dudas, como la de este satélite, confirmando que seguía activo pese a llevar casi 8 años apagado. Una sorpresa mayúscula, pues como explica Fernando Aguado, docente e investigador del grupo atlanTTic de la UVigo y uno de los principales impulsores de la misión espacial de la institución, “el Humsat-D tenía una vida útil de uno o dos años”. En el caso del Lume-1 los investigadores al cargo de su mantenimiento ya no se muestran tan perplejos, pues todavía está dentro de su rango de vída útil de unos 4 o 5 años.

Ambos dispositivos son satélites de comunicaciones, como matiza Aguado, en concreto de intercomunicación machine-to-machine, esto es, entre dos máquinas, lo que hoy se conoce como ‘Internet of Things’ (internet de las cosas). De hecho, esta tecnología fue la precursora de protocolos actuales como el 5G, que incorpora por defecto este servicio de intercomunicación entre máquinas. 

Una de las principales características de estos pequeños satélites –y lo que los hace tan frágiles– es que no incorporan redundancias, por lo que si uno de los componentes falla, no se puede remediar de ninguna forma. Algo así es lo que –estiman– pudo haber pasado al Humsat-D para haber dejado de funcionar durante casi ocho años y luego volver a dar señales de vida. En palabras de Fernando Aguado: “Parece ser que hubo un fallo debido a la radiación por actividda solar. Aunque el satélite cuenta con mecanismos que le permiten reiniciarse, lo más probable es que alguna memoria de algún subsistema sufrió una modificación y tardó varios años en recuperarse de forma autónoma”. El docente de la UVigo precisa que el Humsat-D fue lanzado “durante máximos de actividad solar”, por lo que es la hipótesis más probable.

“Se ha publicado una tesis con los análisis del Lume-1”

Aunque el Lume-1 ya hace años que no ejerce la función con la que fue lanzado al espacio (comunicar sensores terrestres que detectan incendios con drones que los monitorizan), se siguen realizando las operaciones de mantenimiento del mismo y extrayendo datos útiles de su órbita alrededor de la Tierra. “Ahora mismo lo que estamos haciendo es monitorizar el espectro de las diferentes emisiones que realiza el satélite para analizar interferencias y las características de operación en esta banda de frecuencias”, comenta Fernando Aguado. Este tipo de estudio recibe el nombre de ‘análisis de signal intelligence’ y gracias al realizado en el Lume-1 se ha publicado una tesis doctoral.

“A día de hoy no hay ningún tipo de degradación en los sistemas del Lume-1”, apunta Aguado, que añade que gracias a la radio definida por software que incorpora el dispositivos se podría actualizar sus aplicaciones en órbita y buscarle nuevas utilidades al satélite.

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