La milicia talibán llega a Kabul y se hace con el control absoluto del país

Una patrulla talibán, en un control de paso en Herat, la tercera ciudad más grande y poblada del país.
photo_camera Una patrulla talibán, en un control de paso en Herat, la tercera ciudad más grande y poblada del país.
El presidente Ashraf Ghani abandonó la ciudad poco antes de que los insurgentes anunciaran su entrada en la capital 

El presidente afgano, Ashraf Ghani, abandonó ayer Afganistán, mientras los talibanes, tras permanecer apostados toda la mañana en la periferia de la ciudad entraron finalmente en Kabul para evitar, dijeron, robos ante la huida de las fuerzas de seguridad. Los talibanes, que previamente habían asegurado que no entrarían en Kabul hasta que se produjera una transicion de poder pacifica, insistieron en que la población “no debe temer a los muyahidines”. Afirmaron que sus combatientes entrarán en la ciudad “con calma, no se meterán con nadie. Los militares y los empleados civiles del Gobierno deben confiar en que nadie les hará daño”. “No le está permitido a ningún combatiente entrar en casa alguna o torturar o molestar a nadie”, sentenciaron. Tras la orden, combatientes talibanes comenzaron a patrullar las calles de Kabul, registrando a las personas que se iban encontrando, para luego dejarlas seguir.

Poco antes, se daba a conocer el anuncio de que Ghani había abandonado el país, lo que acercaba aún más la victoria de los talibanes tras 20 años de guerra. El presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional, Abdullah Abdullah culpó de la situación que vive en estos momentos Afganistán a Ghani, quien justificó su marcha para evitar “un derramamiento de sangre”, algo que logró, dijo a través de un comunicado, con su salida del país y la toma de Kabul por los talibanes sin encontrar resistencia. Horas antes del comunicado de Ghani, Abdullah afirmó que el presidente abandonó el país y “puso a la nación en esta situación”. Además, pidió a los ciudadanos “paciencia para pasar estos días difíciles” en los que espera, dijo, los afganos puedan encontrar una forma de vida pacífica.

Los talibanes se habían apostado al norte, oeste, y sur de los límites de Kabul, marcando el asedio en casi todo el perímetro de la ciudad y con casi todas las provincias vecinas bajo su control, a la espera de una transición de poder pacífica. El ministro del Interior afgano, Abdul Satar Mirzakwal, había asegurado que Kabul no sería atacada, “ya que se acordó que la seguridad y el poder político de la ciudad se entregarán pacíficamente bajo una administración de transición”, reveló.

El acecho de los talibanes había aumentado la presión para tratar de encontrar una salida de urgencia de parte de la población ante la probable caída de la ciudad, un temor que se cierne sobre funcionarios públicos, académicos, periodistas y, sobre todo, entre aquellos que trabajaron con alguno de los países que enviaron tropas a Afganistán para combatir a los insurgentes. El fin de semana llegaron además 4.000 militares estadounidenses que el Pentágono decidió enviar para la evacuación de la mayor parte del personal de la embajada de EEUU y de ciudadanos afganos. El Gobierno de Estados Unidos evitó asumir culpas por el triunfo de los talibanes en Afganistán e intentó sin éxito combatir los paralelismos con el fin de la guerra de Vietnam, mientras aumentaban las críticas a su gestión de la retirada.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, responsabilizó a las fuerzas de seguridad afganas y al Gobierno del presidente Donald Trump, mientras la oposición republicana tachaba de “inexcusable” y “vergonzosa” la actuación de la Casa Blanca. 

España evacuará a cientos de ciudadanos afganos y a todo el personal de la embajada

España acelera el plan para evacuar de Afganistán a todo el personal de su embajada, una decena de trabajadores, y a varios centenares de afganos que colaboraron durante las misiones militares y los proyectos de cooperación españoles. El Ministerio de Asuntos Exteriores cerró con el de Defensa la logística y el número de personas que serán repatriadas y los aviones que se emplearán en esta misión. 

Por ello, fuentes diplomáticas incidieron en que, “en cuanto las circunstancias lo permitan”, comenzará la evacuación, que incluirá a afganos que colaboraron durante las misiones militares, al personal diplomático, funcionario y de seguridad de la embajada, así como a los seis españoles que están registrados como residentes en Afganistán, todos en la capital, excepto un funcionario internacional que trabaja para una organización multilateral. La lista de personas que serán evacuadas asciende a varios centenares, aseguraron esas fuentes, que subrayaron además que todo plan de evacuación exige una logística muy detallada, la coordinación con varios ministerios, una preparación de varios días y un “trabajo intenso”.

El plan español incluye la retirada de todo el personal de la embajada. “No vamos a dejar a nadie”, remarcaron las fuentes. Además de España, varios países anunciaron ya la próxima evacuación de parte del personal de sus embajadas y de otros ciudadanos afganos con sus familias que trabajaron codo con codo con ellos durante estas dos décadas. Entre esos países están Canadá, Alemania, Reino Unido o Francia. En concreto, este último inicia los preparativos para evacuar a su personal local y otra población vulnerable, según el Elíseo, que anunció  “esfuerzos extraordinarios” para que artistas, periodistas y activistas afganos reciban visados franceses. En los últimos años, cientos de empleados locales, en su mayoría intérpretes, se trasladaron a Francia. 

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