Actor que representó “El avaro” en Vigo

“La vida en sí supone trabajo, pero esta sociedad sueña con la muerte”

Juan Luis Galiardo fue “avaro” ayer en Vigo.
Nacido en 1940, en San Roque (Cádiz.). Desde 1961 simultaneó su formación de actor con su trabajo en el teatro. Junto con otros actores fundó el grupo T.E.I (Teatro Experimental Independiente), dirigido por Miguel Narros. En los sesenta se convirtió en uno de los galanes del cine español, un registro que no cambió hasta la serie “Turno de oficio”. Con 37 películas, 17 series de televisión y 16 montajes teatrales en su haber es uno de los actores más prolíficos del panorama nacional.
Extremadamente serio y trascendental, aunque con un toque de ironía, Juan Luis Galiardo dio muestra una vez más de amabilidad, cercanía y profesionalidad. Inmerso en la gira teatral de “El avaro”, llegó ayer a la ciudad procedente de A Coruña. Amante confeso de la natación, acudió por la mañana a una céntrica piscina. Como cada vez que viene a Vigo, no perdonó y se acercó hasta El Mosquito, donde disfrutó de la compañía de los anfitriones. Después de dormir una pequeña siesta y dos horas antes de su actuación en el teatro García Barbón, se sentó a conversar con este medio con la intención de hablar de lo humano y lo divino.

No tiene ninguna virtud. Es un enfermo, el prototipo creado por Molière y repetido hasta la saciedad. Terapéutica y pedagógicamente hablando simboliza lo que no puede ser el ser humano. La obra tiene una gran fuerza educadora. El autor plantea el exceso como actuación, auténticos disparates, que provocan la sonrisa constante en el público.

¿Es ese prototipo lo que le da actualidad a un clásico del teatro?
Es un modelo demasiado extendido en los últimos tiempos. La avaricia cuajó en la banca y la política. Todos tenemos un Haspagón dentro que hay que vigilar.

Los actores que llevamos tantos años en este oficio y con la experiencia de la vida tenemos múltiples referencias en este campo. Pero en una puesta en escena inteligente, llevada a cabo por un genio y experto en Molière como Jorge Lavelli, no sólo se basa en las vivencias, sino en la estético y la ética de una nueva lectura. Es fruto de cuatro meses de ensayos, buscando los cambios de ritmo apropiados. Llega tras esfuerzo y trabajo que es algo de lo que la sociedad actual huye, pues piensa demasiado en la bonoloto.

¿No cree que los sueños también tienen cabida en este mundo?
Es bueno soñar pero si se hace en algo positivo, no en la ley de la pasividad y del mínimo esfuerzo. La vida en sí supone trabajo, pero la sociedad sueña con la muerte.

¿Es en ese esfuerzo dónde radica el secreto para ser tan prolífero?
Es una combinación de esfuerzo y vocación. Es como la parábola del talento, cuando uno lo tiene, está en la obligación de responder. He conseguido sacar adelante esta producción y cumplir con los objetivos me ha costados dos enfermedades. Sin embargo, estoy orgulloso de hacer este trabajo, pudiendo haber elegido el camino de la simplicidad. En este mundo, creo que hay poco talento, porque se acomodan y se conforman con poco.

Algunos se adelantan a su tiempo, otras veces es cuestión de márketing. A veces lo importante es hacer lo que nos gusta, ya que el premio está en el propio trabajo.

Te puede interesar