El periodista y cineasta griego Nikos C. Megrelis estuvo ayer en la ciudad, invitado por la Asociación de la Prensa de Vigo. Presentó, en la Fundación Barré, su documental Shooting vr. Shooting, ganador del Kazan Internacional Muslim Festival 2011 de Rusia. En él repasa con realismo y sin maquillajes las muertes de periodistas en conflictos armados. Y así lo explicó.
¿Estas muertes son blancos acertados o daños colaterales?
La mayoría son objetivos, y lo peor es la impunidad con la que se los responsables ordenan su muerte y los abaten.
Las organizaciones de periodistas como la Federación Internacional o la Europea han tomado medidas. Pero esto no será efectivo hasta haya un cambio y se conciencien de que estos profesionales deben tener la misma protección que médicos o enfermeras. Aunque esta sea una profesión de riesgo.
En estas condiciones, ¿cómo se mantiene la objetividad?
Un periodista tiene que contar lo que ve, no lo que piensa. Hay que hacer un esfuerzo y no caer en la manipulación que ejercen ambos bandos. No es fácil en una guerra.
Estoy convencido de que la familia, sobre todo la madre, ha luchado para que llevar a los responsables ante la justicia. Es algo muy importante para todas las familias de estos fallecidos. Y en este sentido, mi documental quiere transmitir el mensaje de que no lo olvidamos.
¿Qué le motivó a rodar esta historia?
Acabar con el silencio. Para hacer buen periodismo hay que estar sobre el terreno, pero no se puede morir por la verdad, hay que vivir para poder contarla.
La mayoría son objetivos, y lo peor es la impunidad con la que se los responsables ordenan su muerte y los abaten.
Las organizaciones de periodistas como la Federación Internacional o la Europea han tomado medidas. Pero esto no será efectivo hasta haya un cambio y se conciencien de que estos profesionales deben tener la misma protección que médicos o enfermeras. Aunque esta sea una profesión de riesgo.
En estas condiciones, ¿cómo se mantiene la objetividad?
Un periodista tiene que contar lo que ve, no lo que piensa. Hay que hacer un esfuerzo y no caer en la manipulación que ejercen ambos bandos. No es fácil en una guerra.
Estoy convencido de que la familia, sobre todo la madre, ha luchado para que llevar a los responsables ante la justicia. Es algo muy importante para todas las familias de estos fallecidos. Y en este sentido, mi documental quiere transmitir el mensaje de que no lo olvidamos.
¿Qué le motivó a rodar esta historia?
Acabar con el silencio. Para hacer buen periodismo hay que estar sobre el terreno, pero no se puede morir por la verdad, hay que vivir para poder contarla.
