Dulcinea Aguín, de Sanxenxo, es la presidenta desde 2006 de la asociación de viviendas turísticas de Galicia (Aviturga), donde se asocian la mayoría de las viviendas turísticas (VUT) existentes en Galicia, más de 22.000 en estos momentos, de ellas 1.600 en Vigo.
¿Cuál es la clave del éxito absoluto de las VUT? Lo esperaba cuando formaron la asociación Aviturga.
Las viviendas de uso turístico tampoco acaban de llegar. Antes estaban dentro de un apartado del alquiler vacacional en la ley de arrendamientos urbanos. Hace más de 40 años que se alquilan las viviendas vacacionales, sobre todo en la costa. Es cierto que ahora las VUT están en todo el territorio. En la provincia de Pontevedra, por ejemplo, solo hay un ayuntamiento donde no hay VUT, en los demás sí.
Usted ha hablado de que las VUT han puesto en el mercado turístico zonas muertas.
Efectivamente, no voy a dar nombres porque todos los ayuntamientos de Galicia tienen sus fortalezas, pero si hablamos de zonas muy concretas, era impensable hace tres o cuatro años que tuvieran viviendas turísticas. Gracias a ellas, cualquier persona puede visitar el 93 por ciento del territorio de Galicia y tiene donde alojarse.
En Galicia hay unas 22.200, en Sanxenxo más de 2.600 y en Vigo unas 1.600. ¿Es el momento de limitarlas?
Hay que hablar con datos objetivos. En Vigo hay 1.600 viviendas VUT, el 1 por ciento del parque inmobiliario, ¿es eso mucho? Ese es el análisis que hay que hacer. El 14 por ciento del parque inmobiliario de Vigo está cerrado, no se pone en alquiler. Ese puede ser uno de los factores a estudiar. Por supuesto que sí. Cuando en todo el territorio de Galicia nosotros representamos menos del dos por ciento no podemos ser el problema, el problema de la vivienda no es de carácter coyuntural sino estructural.
Se dice que las VUT tensionan el mercado de alquiler. En Vigo hay unas 400 en arrendamiento, cuatro veces menos.
Los datos se interpretan como quieren. Hay que hablar de las viviendas en alquiler en Vigo, ¿cuántas hay?, 7.000, ahora hay 400 en oferta, hay que sumar el total, muchas están alquiladas. Hace unos días vimos en un ayuntamiento próximo a Vigo que llevaron a un acuerdo plenario la limitación porque estaban preocupados por la cantidad de viviendas turísticas que había, y eran 55. Creo que hay que hablar con objetividad y rigurosidad. Lo que no se nos puede es utilizar para tapar decadencias y problemas existentes que hay. El problema está en que cada vez que un ayuntamiento anuncia que van a regularse las VUT, automáticamente aumenta el registro de VUT. Pero más del 30 por ciento no se van a poner en alquiler, simplemente es por si acaso. Esa es la realidad, y tenemos la nueva ley de la vivienda, que se hizo de forma en que no estamos de acuerdo, solo protege al inquilino. No tiene régimen sancionador y tiene que tener obligaciones y derechos para el propietario y el inquilino. Lo que vemos es una inseguridad jurídica para el propietario que lleva a que muchas personas que podrían tener viviendas en alquiler convencional y no lo hacen por esa inseguridad jurídica.
En Santiago se regularizaron, ¿es una buena idea?
Lo que hizo Santiago fue la modificación del Plan General y estableció que las viviendas solo pueden estar en bajos y primeros, pero ahora estamos a la espera de que publiquen las ordenanzas que van a regular ese alquiler. Santiago tiene otro problema, tiene 9.000 viviendas vacías y 800 turísticas. No podemos ser un problema. Pero nos encontramos en ayuntamientos que hablan de regularizar, pero siempre decimos lo mismo, primero habrá que haber un diagnóstico de la ciudad, qué es lo que pasa. Esto es como ir al médico y que te recete sin verte. No puede ser. Como en Coruña, donde la calle con más VUT tiene 14. ¿Eso es un problema de masificación de vivienda turística? Estos titulares nos hacen los malos. Hay que tener en cuenta que en Galicia de estas casi 22.000 VUT el 87 por ciento es una vivienda, un propietario.
Se quejan los hoteles de la competencia ¿o son complementarios?
Somos complementarios y podemos convivir perfectamente. El que quiere ir a un hotel va a un hotel, el que quiere ir a una vivienda de uso turístico, va. Esa es la realidad. La gente que viaja y quiere que se lo hagan todo, con todos los servicios tiene que ir a un hotel. Las personas que quieren otras comodidades, estar como en casa, tener cocina, sin horarios y poder viajar con mascotas eligen nuestro tipo de alojamiento.
¿Cree que Galicia seguirá subiendo como potencia turística o ya está sobresaturada?
La pandemia en Galicia, con todo lo malo que fue, también fue una oportunidad. Cuando todo estaba tan difícil conseguimos transmitir que galicia sería el destino ideal por sus características, un destino poco masificado, que combina todo desde montaña, costa, urbano, rural, y el potencial cultural y gastronómico. Tenemos que analizar siempre hacia donde vamos y qué queremos.
¿Rías Baixas seguirá concentrando turismo?
Las viviendas se extienden por toda Galicia. Es cierto que las Rías Baixas concentramos una buena parte del turismo por las características del destino y la fidelidad de años. Es también cierto que tenemos que apostar por la comercialización directa de nuestro destino. Tenemos las viviendas, el destino y los mejores alojamientos, pero quien comercializa nuestro producto son empresas extranjeras. Por ahí tenemos que trabajar, tenemos una central de reservas propia y por ahí tenemos que ir. Tenemos capital humano importante en todo el territorio. Hay que pensar cómo empezaron esas grandes plataformas y nosotros podemos hacer lo mismo y mejor.
