Stellantis Vigo espera alcanzar un nuevo récord de producción este año. “Nos gustaría mejorar las cifras de 2023 (se fabricaron 531.000), nuestra previsión es superarlo. Las expectativas son buenas, por ahora todo está bien orientado”, indicó ayer el director general de la factoría, Ignacio Bueno, a preguntas de los medios. No obstante, el patrón apeló a la prudencia dados los acontecimientos de los últimos años -la pandemia y la crisis de los microchips- que frustraron el objetivo de llegar a los 600.000 vehículos. “La previsión es de volúmenes altos”, indicó en referencia a la actividad programada con la versión híbrida del Peugeot 2008 y las nuevas furgonetas.
Preguntado acerca del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de carácter voluntario que la empresa está negociando con el comité, el directivo lo encuadró en “un ajuste de plantilla de forma ordenada” y recordó que los planes de bajas incentivadas son “una práctica habitual” en la factoría. El patrón aclaró que “no es ninguna medida negativa” y que “para nada está relacionada” con la competencia china o los eventuales problemas de suministro, sino que “es ley de vida en las empresas por cuestiones de productividad”, apuntó acerca de los trabajadores que puedan querer causar baja por cuestiones de edad.
El ERE fue presentado para 90 personas -60 empleados de administración y 30 operarios- por causas organizativas, con carácter voluntario y con una vigencia de un año, hasta enero de 2025. La planta automovilística ya aplicó una medida similar el año pasado por la que causaron baja un grupo de trabajadores para acogerse a la prejubilación o para realizar proyectos de índole personal.
Atentos al Mar Rojo
El CEO dio cuenta también de los problemas logísticos que está teniendo la planta de Balaídos por el conflicto en el Mar Rojo, que aunque por el momento no está impactando en la producción, llevó al grupo a fletar aviones para el envío de piezas más urgentes con el fin de evitar tener que parar la actividad. “Está afectando a los componentes que proceden de India, China y Japón, como cajas de cambio o compresores”, especificó Bueno, que dijo que la cadena de suministro, al margen de esta crisis, “está mucho más estable”.
El grupo, como avanzó este diario, está recurriendo a la vía aérea para el transporte de algunas piezas que necesitan sus coches evitando así la vía marítima que está ocasionando retrasos y problemas con el aprovisionamiento.
Si la situación no empeora y el resto de la cadena de suministros se mantiene estable, como se espera, la fábrica dibuja un escenario de producción optimista con niveles altos de actividad. A finales de este primer trimestre del año, la planta dejará de producir los sedanes C-Elysée y el 301, para dejar paso en esta línea de montaje a nuevos modelos que tiene que asignar el grupo junto a la plataforma eléctrica, pendiente todavía del Perte.
Tensa espera por la alta tensión, “necesaria para la supervivencia de la planta”
El director de Stellantis Vigo, Ignacio Bueno, hizo un nuevo llamamiento al Gobierno, al que urge que concrete plazos para la construcción de la nueva subestación eléctrica que permita la conexión de la planta de Balaídos con la línea de muy alta tensión. "Es necesario para la supervivencia de la fábrica", recordó Bueno haciendo alusión a la estrategia de descarbonización del grupo, que requerirá “más consumo eléctrico y que sin ese suministro tendríamos problemas”.
Preguntado acerca del Perte del vehículo eléctrico y conectado (VEC) al que se presentó la factoría para conseguir ayudas europeas, el CEO indicó que está previsto que a principios de febrero “haya comunicaciones”. Bueno dijo que el proyecto “está en estudio” por parte del Ministerio de Industria, “con quien hay una relación excelente”, pero está pendiente de resolución.
Stellantis presentó en su día alegaciones a la resolución provisional que emitió el Gobierno. El grupo veía insuficientes los 63,82 millones que aprobó conceder en forma de subvención directa para cuatro proyectos en España, de los que 6,7 millones serían para la planta de Vigo.
Y es que la factoría de Balaídos opta a ayudas con un macroproyecto industrial que requiere una inversión de 600 millones de euros. Se trata de una plataforma para ensamblar las nuevas generaciones de coches eléctricos, que el grupo supedita al Perte y también a la alta tensión, que ya está garantizada aunque sin concretar plazos. Dicha instalación está proyectada para el año 2026, según los tiempos que maneja el Ejecutivo.
