Los temores de las autoridades francesas se hicieron realidad y el miedo a incidentes en los prolegómenos de la final de la Liga de Campeones provocó un retraso de 36 minutos del pitido inicial por problemas en el acceso al estadio, donde la policía tuvo que intervenir para atajar algunos altercados.
Los huecos en la grada, sobre todo en la zona de los aficionados del Liverpool, a apenas diez minutos del inicio del encuentro denotaban que algo no iba bien en el acceso al estadio incluso antes de que la UEFA lo confirmara en los vídeomarcadores.
La final no comenzaría a su hora mientras la atención se trasladaba al exterior del Estadio de Francia, donde el cordón policial levantado para filtrar a aquellos aficionados que tenían billete recibía importantes presiones. Las autoridades lo sabían, por lo que habían montado una ‘fanzone’ para acoger a la mayor parte de ellos lejos del estadio, pero no se esperaban que muchos de ellos se desplazaran hasta los aledaños del Estadio de Francia.
La situación fue degenerando a medida que se acercaba la hora del encuentro y la policía tuvo que emplear gases lacrimógenos para evitar problemas mayores. Pero no pudo impedir que varios aficionados se saltaran el cordón policial e, incluso, algunos de ellos accedieran al interior del perímetro vallado del impresionante estadio.
La policía aseguró que los intrusos provocaron movimientos de masas que obligaron a intervenir a sus efectivos para impedir la entrada de personas sin billete, alejar a los perturbadores y facilitar el acceso a aquellos que tenían entrada. Pero eso provocó alguna escena violenta y obligó a los antidisturbios a emplear gases lacrimógenos para disolver los grupos de perturbadores.
El personal de la UEFA reforzó el registro de aficionados, lo que hizo más lento su acceso al estadio. Los jugadores de ambos equipos, que habían ya entrado al vestuario tras el entrenamiento, volvieron al césped para seguir calentando, mientras la UEFA anunciaba un retraso que duró 36 minutos.
