Balonmano

El día menos pensado para las jugadoras del Porriño

Alicia Campo, rodeada de niños de la base del Porriño, sonríe antes de lanzar un grito de guerra colectivo para celebrar el pase a semifinales.
photo_camera Alicia Campo, rodeada de niños de la base del Porriño, sonríe antes de lanzar un grito de guerra colectivo para celebrar el pase a semifinales.

Alicia Campo y Aitana Santomé, expertas en el trabajo oscuro del Porriño, salieron a la luz en los momentos clave para marcar las diferencias en la clasificación ante el Guardés

En todo grupo humano existen roles y reparto de tareas.  También hay quien trabaja en la oscuridad para facilitar que la luz ilumine la labor de otros. Alicia Campo y Aitana Santomé lo saben bien en el Porriño.  La pivote suele entrar en la rotación por Carmen Prelchi y la primera línea trabajar a destajo en defensa para que el foco goleador alumbre a otras compañeras. Ayer, en cambio, el destino les guardaba el papel estelar de marcar las diferencias en una eliminatoria agónica contra el Guardés que dio con los huesos del conjunto louriñés en semifinales.

“Fixeron un partido espectacular”, subraya su entrenador, Isma Martínez, muy contento por ellas. “É que levan aquí dende moi pequenas”, pontifica el técnico cangués, que apostó por Santomé también en ataque tras el descanso, al tiempo que las dos exclusiones de Prelchi daban la oportunidad a Campo en la línea. La aprovechó. “Se trata de que todas aportemos. Hay que estar lista para dar todo por el equipo si toca salir”, comentó la porriñesa, que anotó tres goles, provocó varios siete metros y condicionó la buena defensa del Guardés. “No creo que fuese yo a nivel individual. Simplemente, estuvimos más fluidas”, sostiene con humildad.

A esa fluidez colaboró, y mucho, Aitana Santomé. A su siempre importante papel defensivo, añadió una verticalidad ofensiva que cambió el ritmo local. “Me vine arriba”, resume con sinceridad. “También es porque el tema de los derbis lo llevo muy dentro. Me siento muy gallega y muy de mi club y de mi gente", explicó la moañesa, que se fue a los cuatro goles.

Las dos fueron solución a la atadura del Guardés sobre Buforn. “Si se centran en una jugadora, las demás debemos aprovecharlo”, comenta Campo. Santomé asiente. Lo tenía claro: “Era evidente que no le iban a dejar jugar cómoda. Pero nosotras estamos al pie del cañón para aportar cuando haga falta”.

El caso es que su labor fue clave en el pase a semifinales. Lo asumen con la misma naturalidad que entienden que su rol en el equipo es otro. “El objetivo es salir de los partidos orgullosas de lo que hacemos”, expresa Alicia, mientras Aitana profundiza un poco más. “Si sale en ataque, genial. Pero soy consciente de cuál es mi trabajo. Estoy contenta con mi evolución”, dice llena de madurez la morracense. Eso no quita lo bonito que es bañarse en luz. Y más, el día menos pensado.

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