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Máxima eficacia celeste en San Mamés

Pablo Hernández saluda a Sergio Álvarez al término del partido disputado ayer en el estadio de San Mamés.
photo_camera Pablo Hernández saluda a Sergio Álvarez al término del partido disputado ayer en el estadio de San Mamés.

El Celta marcó un gol en su único disparo entre los tres palos de la portería del Athletic y sumó un punto. Máxima eficacia la del equipo vigués, que tuvo que remar contracorriente desde el comienzo del partido por un penalti dudoso de Sergi Gómez y sobrevivió por su propio empuje y por los errores de los atacantes bilbaínos ante Sergio.

 

Once tipo sin Fontás
Berizzo apostó una vez más por su once tipo, excepto por la ausencia obligada de Andreu Fontás, sancionado y lesionado. Su lugar en el centro de la defensa lo ocupó Sergio Gómez, que a los cinco minutos fue castigado con un penalti dudoso. La baja de Fontás se notó sobre todo en los intentos del Celta por salir con el balón jugado desde atrás, en los que hubo menos claridad que con el central catalán.

Líneas de presión altas
Tanto el Celta como el Athletic colocaron lo más arriba posible sus respectivas líneas de presión para recuperar la pelota lo más cerca posible de la portería rival. En el tramo inicial del encuentro, los vascos estuvieron más acertados que los vigueses y crearon peligro a partir de las pérdidas de los jugadores célticos.

Las bandas del Athletic
El Athletic superó la defensa celeste en numerosas ocasiones en la primera parte utilizando las bandas con Susaeta y Muniain, y aprovechando la movilidad de De Marcos como mediapunta. Susaeta, desde la línea de fondo, envió el centro que De Marcos cabeceó al cuerpo de Sergi Gómez. Fernández Borbalán decretó penalti y Aduriz estableció el 1-0 a los cinco minutos.

Ocasiones para sentenciar
El Athletic dispuso de ocasiones suficientes para sentenciar el partido en la primera parte y al inicio de la segunda, pero Susaeta remató fuera a los once minutos, un cabezazo de Aduriz a la salida de un córner se encontró con la mano de Sergio y el árbitro anuló dos tantos al delantero centro bilbaíno.

Toque celeste
El Celta tardó más de media hora en sacudirse la presión local, pero en cuanto consiguió combinar, empezó a llegar con peligro al área de Iraizoz. Un cambio de orientación de Nolito hacia Orellana terminó con un centro del chileno al área al que no pudo llegar Larrivey.
Los cambios
Berizzo hizo tres cambios con distintas intenciones. El primero, hombre por hombre al sustituir a Krohn-Dehli por Pablo Hernández, que dio más consistencia al centro del campo. El segundo, ofensivo, al retirar a Álex López para situar a Charles junto a Larrivey en la delantera. Y el tercero, defensivo, al dar entrada a Borja Fernández en lugar del argentino tras lograr el empate.
Un disparo a puerta, un gol
La eficacia del Celta de cara al gol se materializó en el minuto 72. Larrivey inició un contraataque en el centro del campo con un pase a Orellana, que combinó dos veces con Nolito al borde del área. El gaditano recibió el último pase dentro del área y algo escorado a la izquierda, pero su lanzamiento, ajustado al segundo palo, resultó imparable para Iraizoz. Era el primer disparo céltico a puerta.
San Mamés pudo caer
El Celta pudo incluso llevarse los tres puntos de San Mamés en una extraordinaria jugada en el minuto 87, en la que intervinieron Orellana, Pablo Hernández y Nolito. El gaditano recibió el balón en el área e intentó una vaselina que se fue por encima del larguero. Hubiera sido quizás un premio excesivo para un equipo vigués que logró puntuar en un campo poco propicio en anteriores ocasiones. 

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