Irene y Sandra, hijos de emigrantes, llegan a Vigo en busca de oportunidades

Extranjeros en Vigo

Gallegos retornados e hijos de migrantes llegan cada año al campus con becas para estudiar y establecerse aquí

Irene Pérez, en París. y Sandra Gallardo, en la Facultad de Comercio.
Irene Pérez, en París. y Sandra Gallardo, en la Facultad de Comercio.

Un total de 46 estudiantes cursan másteres en el campus de Vigo gracias a las becas BEME (Bolsas Excelencia Mocidade Exterior), una iniciativa de la Xunta para fomentar que gallegos en el extranjero y descendientes de emigrantes gallegos puedan volver, estudiar y labrarse oportunidades en el mercado laboral local.

La gran mayoría de los solicitantes llegan desde Argentina, Uruguay, Brasil y Venezuela, según los datos de la Secretaría Xeral de Emigración de la Xunta. En total este año se becó a 250 personas, de las que 84 estudiarán en la Universidad de Vigo (46 en el campus vigués, 30 en Pontevedra y otras 8 en Ourense). Dos de ellas son Irene Pérez y Sandra Gallardo, que estudiarán, respectivamente, el Máster en Traducción para la Comunicación Internacional y el Máster en Dirección de Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes).

Sandra es panameña, hija de un emigrante gallego que voló desde Ourense hasta este país centroamericano cuando era muy joven y formó allí una familia; mientras que Irene se fue a Francia tras acabar sus estudios y decidió volver.

Irene Pérez: “No estaba cómoda en Francia y quería volver aquí”

Docente de profesión, Irene Pérez ejercía hasta hace varios meses en un colegio público de las afueras de París. Allí había logrado superar las oposiciones después de emigrar tras conseguir graduarse en Filología por la Universidad de Santiago de Compostela. “Al terminar el grado me fui con una bolsa de trabajo como asistente de español. Es una opción que eligen muchos cuando se gradúan filología, es una buena alternativa con un buen trabajo”, explica en declaraciones a este periódico.

Lo que en un principio iba a ser una estancia de ocho meses terminó siendo un período de cinco años, ya que “hice un máster en profesorado y me saqué las oposiciones para el sistema público, donde trabajé unos tres años”. Primero en un centro educativo de la Bretaña francesa y luego en otro de las afueras de la capital gala, Irene ejerció de docente hasta que “no empecé a sentirme a gusto donde estaba”. Fue entonces cuando comenzó a sopesar sus opciones y se puso como objetivo volver a su tierra para empezar de cero.

Me enteré de las becas BEME por las redes sociales, la verdad es que la publicidad funcionó muy bien porque fue a través de un anuncio de Facebook que me aparecía como recomendado”, bromea, “estaba pensando pedirme una excedencia y me encontré con la beca. Debí de ser una de las primeras personas que entregó los papeles a tiempo porque lo hice a los pocos minutos de que se abriera el plazo”. Gracias a estas becas, que apoyan a gallegos en el extranjero y a descendientes de emigrantes gallegos para volver y formarse en una de las tres universidades del SUG, Irene no desaprovechó la oportunidad y se matriculó en uno de los másteres de la Universidad de Vigo: “Quería volver a mi tierra, a un lugar donde yo sabía que estaba cómoda”.

Desde octubre, Irene cursará en la Facultad de Filología y Traducción el Máster en Traducción para la Comunicación Internacional. Una opción que eligió, primero, porque estudiando en el campus de Vigo puede conocer una ciudad diferente a la que estudió y, además, le queda cerca de su familia. A mayores, se trata de una titulación con la que espera volver a reconciliarse con su profesión y, si no fuese posible, encontrar una nueva vía en la que enfocar su carrera profesional.

Aunque está deseosa de empezar de cero en la UVigo, Irene comenta que esta decisión también tiene su parte negativa: “No sé todavía cómo voy a reenfocar mi fuutro. En Francia tenía mi plaza y aquí es compicado proyectarse laboralmente, no sé si tendré ganas de volver a sentarme y sacar una oposición”. Durante el año que dure el máster tendrá tiempo para pensárselo: “Este año quiero reencontrarme con mi gente, con mi tierra y con todo lo que echaba de menos. Según pase los meses, ya veré si cambio de vía, según lo que conozca y vea en el máster”. Será un año de “reconciliación”.

Sandra Gallardo: “Quiero quedarme a vivir y abrir un negocio propio”

Originaria de Panamá, Sandra Gallardo es una ingeniera industrial que llegó a Vigo para buscar una oportunidad a través de la cual poder expandirse laboralmente. Desde el principio, tenía claro que quería mudarse a Galicia ya que su padre es un emigrante gallego que recaló en Panamá muy joven y se estableción allí. Es por esta razón que Sandra quería reconectar con sus raíces buscando un futuro laboral en Vigo, cerca de sus familiares, que residen en Ourense.

Al igual que Irene, fueron sus búsquedas en internet sobre cómo establecerse en Galicia lo que la llevó a saber de la existencia de las becas BEME. “Me empezaron a salir anuncios en Instagram sobre GaliciaAberta (la marca que utiliza la Secretaría Xeral de Emigración para publicitarse en redes sociales) y allí me salió la publicidad sobre las becas y los planes de retorno”. Una vez se cercioró de que se trataba de una convocatoria legítima “lo comenté con mi esposo y comenzamos a investigar a fondo qué podía ofertarme la Xunta y me puse a cumplimentar los papeles necesarios”, apunta. “En cuanto salió la convocatoria, formalicé mi solicitud”.

De este modo, Sandra estudiará durante este curso el Máster en Dirección de Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) en la Facultad de Comercio de la UVigo. “Había varios másteres de mi interés, pero finalmente escogí este porque era un poco más afín con mi proyecto de futuro”, señala. Aunque en Panamá es ingeniera industrial, el plan de Sandra pasa por instalarse en la zona y abrir un negocio. Justamente en la ciudad tiene un referente en el que poder fijarse, la argentina Agustina Patiño, que llegó a Galicia desde su país con la misma beca que le concedieron a ella y, apenas 4 años después, ya cuenta con un negocio asentado en Vigo (Autofan Electromecánica) que ya busca expandirse hacia el terreno de la competición automovilística.

Otra de las razones por las que se decantó por esta titulación es que se imparte en Vigo, que está a apenas una hora en coche de donde residen sus familiares, con los que quiere retomar el contacto: “Tengo tías, primos, y primos hermanos y ahora podré verlos más a menudo”. Además, “me interesaba mucho concer esta ciudad”, reconoce.

La oportunidad que la beca BEME le brinda a esta ingeniera panameña es una que no quiere dejar pasar, y con su familia ya establecida en Vigo –pronto empezarán las clases del máster–, ya piensa en los siguientes pasos que quiere dar, aunque con precaución y estudiando cada movimiento, ya que emprender es una tarea muy costosa: “En primer lugar, quiero quedarme aquí. En cuanto al negocio, tengo varios intereses diferentes, por lo que tendré que analizar las necesidades que hay en la zona para ver qué podré hacer”, indica.

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