Negro

De negro como su alma, el presidente de Estados Unidos, Donals Trump ha ordenado pintar el muro que bordea la frontera de su país con México para impedir que los migrantes que tratan de saltarlo se quemen las manos porque ese color atrae más las radiaciones del sol y así se calientan más las barras de metal con las que está construido. La idea es una más del líder del mundo libre decidido a dejar a su país sin inmigrantes ilegales y también sin los que llevan años viviendo y conviviendo en EE UU y siendo puntal básico de la economía del país. A Trump no le faltan palmeros como su secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, para quien el muro es “Demasiado alto para escalarlo. Demasiado estrecho para atravesarlo. Y ahora, por orden del presidente, será pintado de negro, tan caliente al tacto que los inmigrantes ilegales ni siquiera lo intentarán”. EE UU trabaja rápido para “reducir a cero” la inmigración ilegal y levanta 800 metros al día del muro ennegrecido. Como si fuera posible poner puertas negras al campo. Solo le queda hacer un foso con caimanes, pero todo se andará.