Opinión

Stellantis y el Gobierno

En Portugal se resolverá la crisis en las urnas
No dejó nada tranquilos a los sindicatos la reunión con la cúpula de Stellantis Vigo tras conocer los planes industriales a corto y medio plazo, sin grandes novedades. Tampoco se esperaban, quizá porque cualquier decisión está condicionada en primer lugar por la aprobación del Perte, que lleva meses encima de la mesa, de momento sin el resultado esperado, aunque ayer se diera un paso. Los trabajadores demandan un plan que permita contemplar con optimismo los próximos años y garantizar que la plantilla seguirá en torno a 6.500 empleos, muy lejos de los 10.000 del pasado, aunque esa sea una cifra que parece muy difícil sino imposible, de recuperar. Del Gobierno dependerá que la primera industria de Galicia pueda mantenerse a plena potencia. Pero hay muchas dudas. Del Gobierno, para empezar, por sus hipotecas brutales jurídicas, políticas y económicas. Y de la propia compañía, que mantiene en su horizonte próximo la apuesta por grandes inversiones en factorías al Sur de Europa, las ya establecidas en el Norte de África, que más pronto que tarde serán competencia directa y producirán más vehículos que la planta de Vigo. Sobre las hipotecas del Gobierno entrante, el más débil de la democracia, un vistazo hacia el sur con envidia. En Portugal, ante una situación de crisis política se han convocado elecciones. También habrá en Galicia más pronto que tarde y ayer los líderes de BNG y PSdeG vinieron a Vigo a vender las excelencias de su acuerdo mientras el PPdeG reunía a sus alcaldes y portavoces para cerrar filas ante la crisis sistémica que viene. En España no habrá urnas. Y es una pena: la ruptura con Junts habría dado solidez a Sánchez, pero pensar eso supone un ejercicio de melancolía. Habrá que confiar en que Sánchez también engañe y mienta a sus socios.

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